ZAPALA (AZ).- "Todo es muy prematuro pero no descartaremos ninguna hipótesis antes de hablar con el marido". Los investigadores comenzaron ayer a relacionar el hecho con varias pistas y se mantendrán en esa postura hasta que puedan interrogar a Ariel Pradena, el esposo de Andrea Verónica Etayo, la mujer que resultara gravemente lesionada.

Una de las hipótesis señala que pudo tratarse de un episodio protagonizado por delincuentes de poca monta que operan en el barrio desde hace un tiempo. Según revelaron algunas fuentes, habría varias "barritas", incluso de otros sectores cercanos, que se juntan con jóvenes residentes en la zona y que tienen antecedentes policiales.

En cualquier caso, no están claras las motivaciones que habrían tenido los autores para concretar un hecho de estas características.

La otra alternativa que se baraja, tanto en la policía como en la fiscalía de instrucción, es algún tipo de "pase de facturas" vinculado al trabajo de Pradena como guardiacárcel de la unidad de detención local.

"Vamos a investigar a fondo sin dejar ningún detalle de lado por más mínimo que sea, de manera que tenemos varios caminos por recorrer", destacó una fuente.

Si bien no hay imputados directos, el delito que podría configurar un atentado como el que se produjo ayer, se relaciona con el artículo 186 del Código Penal. Allí se establece que se podrán aplicar penas de entre 3 y 15 años de reclusión para quienes causaren incendios que generen peligro de muerte para alguna persona.

Si como consecuencia de este accionar finalmente se provoca un deceso, el castigo va desde los 8 a los 20 años de prisión.