BERLíN/WASHINGTON (DPA).- El fantasma de un nuevo ataque terrorista masivo volvió a asustar a los europeos, menos de 24 horas después de que se desbaratara un plan en Dinamarca. Ayer, la policía alemana desarticuló los planes de una célula de la red extremista islámica Unión Yihad en el Exterior, que planeaba una serie de atentados simultáneos con efectos calificados por las autoridades de "devastadores".

La célula estaba integrada por dos alemanes convertidos al Islam y un ciudadano turco que residía en el país.

Los tres sospechosos, con edades de entre 22 y 29 años, fueron arrestados en la localidad de Medebach-Oberschledorn, en el centro del país, donde el trío se había alojado hacía pocos días en una residencia de vacaciones. La lo

calidad tiene unos 900 habitantes y es un centro de turismo regional. Las investigaciones de la justicia y la policía involucran a otras siete personas más, cinco de las cuales están identificadas. La fiscal federal alemana, Monika Harms, informó que los objetivos a atacar simultáneamente eran "instalaciones que frecuentan ciudadanos de Estados Unidos en Alemania, como pubs, discotecas y aeropuertos", sin confirmar, sin embargo, si se trataba de la base militar de Ramstein, la más importante de Estados Unidos en Alemania, o del aeropuerto internacional de Frankfort, tal como aseguraron múltiples fuentes.

De acuerdo con las informaciones proporcionadas por la policía, la organización Unión Yihad en el Exterior tiene sus raíces "en círculos sunnitas de Uzbekistán, pero entretanto se extendió a Europa". No se descarta que los planes incluyeran ataques suicidas.

El presidente de la policía en lo criminal BKA, Jörg Ziercke, afirmó por su parte que "los sospechosos venían siendo observados desde el año pasado, cuando comenzaron a comprar en grandes proporciones sustancias químicas legales en el país".

Además, informó que los tres habían estado el año pasado en campamentos de instrucción islamistas en el norte de Pakistán.

Fue uno de los mayores operativos de seguimiento realizados por la policía, que "movilizó a 300 expertos para seguir los pasos de la célula, y otros 300 funcionarios estuvieron vinculados a tomar las medidas correspondientes". Tanto la policía como la fiscalía aseguraron que "en ningún momento hubo un peligro inmediato para la población" justamente porque se los estaba vigilando de cerca.

Los explosivos

La policía se decidió a desarticular los planes cuando los sospechosos empezaron a armar los explosivos que iban a utilizar en los atentados, explicó la fiscal federal.

Se trata de 12 contenedores con un total de 735 kilos de peróxido de hidrógeno, sustancia utilizada en los atentados de Madrid en marzo de 2004, con los que se podían confeccionar cargas explosivas equivalentes a unos 550 kilos de TNT, añadió Harms. "El efecto de las bombas iba a ser peor que en los atentados de Madrid y de Londres, en el 2005", dijo el titular de la BKA.

La fiscalía federal en Karslruhe indicó que después de las detenciones se llevaron a cabo registros en viviendas en varios estados alemanes. Los acusados fueron llevados hoy ante el juez de instrucción del Tribunal Supremo Federal, que certificó las acusaciones de integrar una organización terrorista.