Hay veces que la realidad imita al arte. Y otras, que es exactamente al revés.
El escritor polaco Krystian Bala publicó "Cólera", una novela negra que en 2004 tuvo mucho éxito por la precisión con la que contaba un asesinato. El problema es que el asesinato no sólo era real sino que el propio Bala era el asesino.
Ahora, el hombre fue condenado a 25 años de prisión por un tribunal de la ciudad de Wroclaw (oeste de Polonia), por asesinar al amante de su mujer y utilizar el crimen como argumento para escribir una novela, según publicaron ayer varios medios de comunicación polacos.
Krystian Bala se declaró en todo momento inocente, aunque el tribunal encontró claras similitudes entre el crimen narrado en el libro y la brutal muerte en el año 2000 de Dariusz J., quien mantenía un romance con la esposa del escritor.
En la novela, como también sucedió en la realidad, los insoportables celos llevan al protagonista a secuestrar al amante de su mujer durante tres días, en los que lo mantiene encerrado en un sótano sin permitirle comer para, finalmente, apuñalarlo y lanzarlo maniatado al río Odra, donde el hombre murió finalmente ahogado.
La policía comenzó su investigación en 2005 y la increíble similitud entre el crimen de ficción y la forma en la que fue asesinado Dariusz J. fue fundamental para acusar a Kristian Bala, que hoy tiene 36 años y pasará los próximos 25 entre rejas.
La investigación tomó otro rumbo cuando la policía descubrió que el escritor de best-sellers, cuatro días después del crimen, había vendido un teléfono móvil idéntico al que tenía el empresario asesinado.
Y así, se fue perfilando un posible motivo: el empresario, buen mozo y con éxito, era amigo de la ex esposa del escritor.
La mujer en cuestión declaró también en el juicio y aseguró que su ex marido era un obsesivo que quería controlarla incluso después del divorcio.
En su defensa, Bala dijo a las autoridades que había sacado los detalles del caso de la prensa y había inventado otros aspectos de la historia. Pero claro, nadie le creyó. Y ahora, el exitoso autor deberá quedarse detrás de rejas.
