BUENOS AIRES (DyN).- La ex jueza en lo contencioso administrativo Emilia Marta García intentó justificar su presunta actuación en el robo de bienes a desaparecidos en la Esma durante la dictadura
asegurando que lo hizo "coaccionada" por los marinos, que tenían secuestrada a su hermana Graciela en ese centro naval. Así lo aseguraron fuentes judiciales al referirse a la declaración que la ex magistrada prestó la semana pasada ante el juez federal Sergio Torres.
García actuó en la escribanía del notario Ariel Sosa Moliné ya fallecido donde certificaban los "poderes" con que las víctimas transferían sus propiedades bajo torturas a los marinos y sus supuestas firmas en las escrituras "truchas".
Además García fue síndica de la empresa fantasma "Will-ri", que crearon los ex represores Jorge "Tigre" Acosta, Francis William Wahmond, y Jorge Rádice para apoderarse de campos ubicados en Chacras de Coria, provincia de Mendoza, que eran propiedad de los mendocinos Victorio Cerutti, Conrado Gómez y Horacio Palma, secuestrados y asesinados en la Esma.
Los investigadores sospechan que García formó parte de la estructura financiera montada por el "masserismo" para desapoderar de sus bienes a muchos secuestrados en la Esma, por donde se calcula que 4.500 prisioneros pasaron en tránsito a los "vuelos de la muerte".
Siempre según fuentes judiciales, García Romero contó que en octubre de 1976 su hermana Graciela, militante y a la que apodaban "la Negrita", fue secuestrada. Pasados unos meses, reapareció en visitas periódicas a la casa familiar en compañía de un marino que se presentó como "Santiago" y era Acosta.
Luego agregó que ese marino les dijo que Graciela podía llegar a ser "recuperable" y que la condición era que su colaborara trabajando en la escribanía de Sosa Moliné, agregaron los informantes, cosa que efectivamente hizo hasta que en 1978 la primera recuperó la libertad.