Miércoles 05 de Septiembre de 2007 Edicion impresa pag. 26 y 27 > Sociedad
La aventurade comenzar a hablar
El lenguaje comienza a desarrollarse mucho antes de que el bebé pronuncie sus primeras palabras. Una buena comunicación con los padres y el vínculo afectivo cumplen un papel importante en este aprendizaje.

El desafío de aprender a caminar es seguido muy de cerca por otro logro grandioso para un ser humano de poco más de 12 meses de vida como es la adquisición del lenguaje.

Y aunque diversas teorías coinciden en que el ser humano está genéticamente capacitado para esta tarea, como la del lingüista Noam Chomsky, también se asegura que es un esfuerzo congnitivo notable, tal como le ocurre a un adulto cuando debe rendir un examen o expresar ideas y conceptos.

Este rasgo, que es el que más distingue a las personas, surge cumpliendo numerosas etapas de maduración de facultades innatas al ser humano, o expresado en otras palabras, comenzar a hablar es tan natural como lo es dormir, soñar o cantar.

Sin embargo, la pediatra Noemí Petruccelli, jefa de neonatología del hospital Pirovano de Buenos Aires, considera importante que "desde el comienzo de la vida se inicie un buen vínculo desde lo afectivo y desarrollando una relación del bebé con sus padres a través del lenguaje".

"Esto es fundamental añade, aún en etapas muy tempranas, antes que el niño pronuncie palabras. Cuando el adulto habla veremos que el niño presta mucha atención y se tranquiliza oyendo la voz

de su madre". Si el balbuceo llega con sonrisas pero mucho esfuerzo, más allá de la competencia familiar de si pronunciará primero mamá, papá o abu, inicialmente, según explica la pediatra Petruccelli, "las primeras sílabas del bebé de ocho meses carecen de simbolismo. Aunque repita pa-pa o ma-ma, pueden significar comida, madre o cualquier otra cosa que desee expresar. Y antes de esta etapa, lo primero que oímos de un bebé es el balbuceo como el característico 'ajó', que aparece como respuesta al lenguaje adulto, alrededor de los 2 meses".

 

Al año de vida

 

Alrededor del año el bebé ya logra conformar un "vocabulario compuesto por unas seis palabras agrega la pediatra y aparecen las conductas imitativas, como hablar por teléfono". Esas primeras palabras muchas veces no son muy claras.

"No hay que preocuparse si no se comprende lo que dice", tranquiliza Petruccelli.

El bebé continúa su desarrollo prestando atención a todo lo que escucha, así es como al llegar al año y medio puede pronunciar unas veinte palabras. "A esta edad su lenguaje ya es más entendible continúa. Cerca de los 21 meses comienza a elaborar frases y al cumplir dos años utiliza pronombres por primera vez, pero generalmente lo hace de manera incorrecta.

Entre los dos y los tres años los chicos pronuncian frases y oraciones cortadas. Esto tampoco debe preocupar a los padres ni generar ansiedad. A esta edad comienza también a utilizar el pronombre yo como resultado de su evolución, y aprende poco a poco a utilizar los pronombres en forma correcta. A los tres años maneja un vocabulario de alrededor de 250 palabras y aparece el uso del plural.

El "rango de normalidad" frente a la aparición del lenguaje de los bebés es uno de los motivos que mayor ansiedad genera en los padres.

"Cada niño tiene sus tiempos aclara Petruccelli y existe un rango o tiempo de espera prudencial de aproximadamente uno o dos mes para las etapas mencionadas. En este sentido, también es muy importante que el niño realice sus controles periódicos de salud con un solo médico, quien lo va a ir conociendo en su crecimiento y desarrollo, en su contexto social, familiar y afectivo, aspectos que tienen mucho que ver con la adquisición del lenguaje, como también los antecedentes de su nacimiento."

 

Posible problemas

 

¿Es necesario consultar con un especialista? ¿Cómo asegurarse que un bebé está desarrollando el habla de forma correcta?

El pediatra es quien se ocupa de este aspecto, insiste Petruccelli "no hay duda que el pediatra, en cualquier etapa del desarrollo del niño, puede detectar cualquier dato que escapa al rango de la normalidad y será quien derive a una interconsulta con algún especialista si fuera realmente necesario. Las más habituales son con neurólogos y fonoaudiólogos, estos últimos en etapas más avanzadas. Las maestras también cumplen un papel muy importante en esta detección del desarrollo del lenguaje, cuando los niños comienzan el jardín."

La pediatra cita las principales patologías que pueden surgir. La primera (y fácil de resolver) sería la del frenillo lingual: "Impide la buena pronunciación y se soluciona con una cirugía simple y tratamiento de fonoaudiología". Luego, la dislexia, que afectará también al lenguaje leído, la disfasia infantil y la disartria.

Por otro lado, advierte, "no está de más recordar que debemos realizar en todo recién nacido el estudio de las otoemisiones acústicas, para comprobar una normal audición. este estudio se debe realizar a partir de la primera semana de vida.".

 

FERNADA BARRO GIL

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