Lejos de disiparse, la polémica por la elección en Córdoba, en la cual el peronista K, Juan Schiaretti, se convirtió en el próximo gobernador en medio de denuncias de fraude del otro candidato, Luis Juez, y que amenazó con sumir en una crisis institucional a la provincia, generó un clima de máxima tensión en la provincia, mientras se espera la decisión sobre el recuento de los votos.

El estrecho margen de 1,1 puntos entre Schiaretti y Juez y la presunta manipulación de los datos del comicio sembraron sospechas en la elección.

En un intento por descomprimir la situación, el gobernador José Manuel de la Sota pidió ayer "un escrutinio incuestionable que consagre" a su sucesor de un modo "transparente".

Lo hizo luego de que Juez pidiera a la Justicia Electoral que autorice el recuento "voto por voto" durante el escrutinio definitivo. En respaldo a la posición de Juez, quien denunció que el oficialismo le "robó" la elección, el intendente electo de la capital por el Frente Cívico y Social, Daniel Giacomino, amenazó con no asumir en diciembre "si no se aclara" el resultado de la votación que se encuentra "sospechada", indicó.

Durante un mensaje televisivo efectuado por canales nacionales, el gobernador De la Sota no hizo referencias concretas, sin embargo, al modo en que debería llevarse a cabo el recuento, que para el Frente Cívico y Social debe ser "urna por urna" y "voto por voto".

De la Sota también pidió que se ponga "fin a las incitaciones a la violencia", pero sin hacer precisiones.

Juan Schiaretti, el gobernador electo, según el escrutinio provisorio, dijo anoche que Juez "quiere anular la elección y dividir la provincia". "Abrir las urnas significaría estar siete meses y que Córdoba se quede sin gobernador, él como aprendiz de Nerón está queriendo prenderle fuego a esta ciudad y dividir la provincia de Córdoba", dijo Schiaretti en la Casa de Gobierno, donde anoche los intendentes del PJ movilizaron a militantes de localidades del interior para respaldarlo.

"Que no mariconee"

Entre tanto, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba, Armando Andruet, admitió que se vio "ingratamente sorprendido" por la "demora más allá de lo razonable" que se produjo en el escrutinio de la elección y advirtió que la "responsabilidad máxima" del recuento la tuvo la jueza Electoral Martha Vidal.

En dura réplica, Luis Juez, le pidió al presidente del Tribunal Superior "que no mariconee" y que "se haga cargo" de lo que realiza "la Justicia Electoral".

Los reclamos por mayor transparencia se produjeron en un contexto de creciente tensión en las calles de la capital cordobesa, donde por la mañana un millar de manifestantes juecistas expresaron su indignación por las presuntas irregularidades.

La protesta de los seguidores del actual intendente capitalino provocó el corte de la esquina más céntrica de la ciudad de Córdoba, Colón y General Paz, lo que causó un caos en el tránsito.

La manifestación se realizó 24 horas después de que el candidato Luis Juez denunciara que le "robaron" la elección.