El macrismo contribuiría a trabar la investigación del primer caso emblemático en el que apareció comprometido el gobierno nacional (conocido como "Skanskagate"), si el juez a cargo de la causa, Guillermo Montenegro, acepta el ofrecimiento del electo jefe de Gobierno porteño para ser el ministro de Justicia de su gestión.

Así lo advirtió ayer uno de los denunciantes, Ricardo Monner Sans, en coincidencia con fuentes judiciales con acceso al expediente. Es un dato objetivo que, de apartarse Montenegro, se "desarmaría" y se produciría un "gran retraso" en la investigación, dijo Monner Sans a "Río Negro".

Ayer concluyó la licencia pedida por dicho juez federal, quien deberá definir en estas horas si dejará o no la magistratura para dar el salto a la política.

Ello se suma a que el fiscal Carlos Stornelli habría consentido tomar licencia en su cargo, para integrar también como titular de seguridad pero en la provincia de Buenos Aires, un potencial gobierno de Daniel Scioli.

Es difícil pensar en una "concertación" entre Macri y el kirchnerismo, deslizó Monner Sans..

Hace tiempo que los avances judiciales más importantes corren por cuenta de Javier López Biscayart, pero, dado lo complejo que resulta su tarea de investigar la evasión fiscal aparece intrincada. En cambio, aún cuando la misión de Montenegro a priori resulta más simple, por apuntar directamente al nivel de responsabilidades, lo cierto es que en el nivel interno no fue más allá del ex titular de Enargas, Fulvio Madaro y de su ex par de Nación Fideicomisos, Néstor Ulloa, procesamientos ambos solicitados pro Stornelli. "Hasta ahora la cadena de responsabilidad se cortó allí y no parece querer ir hacia arriba", sostuvo el denunciante.

Por otra parte, una alta fuente judicial confió a este diario que Montenegro fue aceptando prórrogas en las audiencias de indagatorias, de tal modo que cualquier resolución sea tomada con posterioridad a las elecciones.

Monner Sans consideró "preocupante" la costumbre de reclutar jueces para la política, lo cual va en desmedro de la independencia del poder judicial. "Las funciones no se inventan, acotó: Stornelli ha sido un excelente fiscal, pero como ministro en Buenos Aires quien sabe, no es lo mismo". ¿Por qué los jueces aceptan con tanto entusiasmo cruzar a la vereda de la política, por una cuestión de exposición mediática? "Será que los seducen las luces del centro", concluyó. (ABA)