SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La preservación de la flora y la fauna nativa, el cuidado de los recursos hídricos y la fijación de pautas estrictas para las nuevas construcciones son algunas de los objetivos que plantea el proyecto de Plan de Manejo para el Area Natural Urbana Laguna El Trébol.

El trabajo estuvo a cargo de un equipo coordinado por la Sociedad Naturalista Andino-Patagónica (SNAP), y luego de los ajustes y agregados que le introduzca el Ejecutivo Municipal será enviado al Concejo como proyecto de ordenanza.

La laguna El Trébol está ubicada a 18 kilómetros del centro de la ciudad, sobre el Circuito Chico. El área natural que la incluye tiene unas 400 hectáreas, fue creada por el municipio en diciembre del 2005 y es única en su tipo debido a su carácter "urbano". Bariloche tiene otras áreas protegidas municipales como el bosque Llao Llao o la isla Huemul, pero son de propiedad pública y no cuentan con población estable.

En cambio dentro del perímetro del área El Trébol viven unas 80 familias, que potencialmente pueden ser muchas más porque el 73% de la tierra está loteada pero hoy no tiene infraestructura ni ocupación efectiva.

La propuesta de Plan de Manejo (PM) incluye un detallado diagnóstico sobre los suelos, los tipos de vegetación y de fauna presentes en el área, la descripción de la laguna y del mallín vecino y la caracterización de su población actual.

También incluye un capítulo elaborado por el DPA sobre el estado actual de los recursos hídricos y otro que reseña los sitios arqueológicos identificados en cercanías de la laguna, donde existen expresiones de arte rupestre y rastros de presencia humana con una antigüedad de hasta 6.000 años.

El director de Medio Ambiente local, Joaquín Guillot, explicó que el material de la SNAP fue remitido a las distintas áreas "para que elaboren un informe con sus observaciones" y dar lugar así al texto definitivo que será propuesto como ordenanza.

El borrador del Plan de Manejo que presentaron los expertos propone dividir el área natural en tres niveles de uso: "intensivo, extensivo y protección".

Sugiere, por ejemplo, "inhibir las construcciones en pendientes mayores a 20 grados" y para pendientes de 15 a 20 grados exigir estudios o informes de impacto ambiental.

También aconseja ajustar la altura máxima de las construcciones al "dosel arbóreo circundante" y limitar el movimiento de suelos "a los estructuralmente necesario" para ejecutar las obras.

Otra cláusula fijada en el proyecto señala que los estudios de impacto ambiental que se soliciten a los emprendimientos dentro del área "serán realizados por un equipo designado por la comisión de la reserva natural". Aun así, el costo de cada estudio "será solventado mediante previo pago de un canon abonado por el solicitante al municipio".