Miércoles 05 de Septiembre de 2007 Edicion impresa pag. 23 > Internacionales
CONTEXTO: Necesarios, pero resistidos

La situación de los inmigrantes rumanos no es muy distinta de la de quienes provienen de otros países, pero es mayoritaria, dada la facilidad que tienen para llegar por tierra desde su país, en autobuses o camiones preparados al efecto por las mafias.

Un ejemplo claro se registra estos días en la comunidad de Castilla-La Mancha, la mayor productora de vino de España y a la que llegan miles de rumanos para trabajar en la vendimia. Este año se prevé que la cosecha de uva supere los 2.700 millones de kilogramos para producir 18 millones de hectolitros de vino.

Es usual ver a empresarios del campo esperando la llegada de los autobuses o camiones y allí mismo elegir y llevarse a trabajar temporalmente con ellos a los que arriban. ¿Por qué son contratados sin cumplir con la ley, que exige que antes de llegar a España ya tengan firmado su contrato? se le pregunta a Francisco López García, vecino de un pueblo de Castilla-La Mancha.

"No podemos buscar trabajadores hasta saber cómo será la cosecha, porque las vides pueden dar más o menos producción dependiendo de que haya lluvia o no y de que caiga o no el granizo en la época de floración", explicó.

Pero los alcaldes de los pueblos de La Herrera y Llanos del Castillo, con 700 habitantes, reclamaron que los 30 asentamientos ubicados en sus municipios fueran levantados y que se retiraran a los rumanos. Éstos aceptaron la presión y se retiraron... para instalarse en otros municipios cercanos. El conflicto enfrentó a los alcaldes con los directivos de asociaciones y cooperativas de agricultores, ya que estos últimos defienden su derecho a contratar temporalmente cuando lo necesiten. En el medio quedan los inmigrantes y sus familias, condenados a la exclusión, ante lo cual algunos recurren al suicidio.(agencia IPS)

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