Representar algo que no se es a través de un montaje escénico ha sido un arte ancestral en cuyos remotos orígenes se encuentra el teatro chino, con sus múltiples máscaras y colores. Así los actores mostraban diversas caras que se iban metamorfoseando y, como un juego de espejos, confundían y engañaban al espectador.

El final de la administración del presidente Kirchner viene evidenciando desde hace algunos meses el verdadero cuadro de actuación política y entidad ideológica del matrimonio gobernante. Los rasgos de su accionar que se evidencian llevan a dejar atrás aquellos peyorativos calificativos de zurdos y setentistas procedentes de algunos periodistas mal informados o tendenciosos y de personas desinformadas de la historia política de los últimos cincuenta años. Se definía de esta forma al gobierno para calificar un estadio ideológico que en realidad nunca fue.

La necesaria y reivindicante finalización de la impunidad para los casos de gravísimas violaciones a los derechos humanos en las décadas de los setenta y ochenta era una materia pendiente y absolutamente necesaria para transitar el futuro con justicia y verdad. Fue tal vez el logro de mayor relevancia histórica del gobierno, pero no por ello podemos omitir su prácticamente nulo costo político. Las aberraciones cometidas por los militares involucrados exigían castigo por importantes franjas de la población política, y las encuestas así lo revelaban. El gobierno se adjudicó un punto y, de paso, ensayó la pantomima de sobreactuar autoridad suprema sobre una institución en franco deterioro operativo e institucional.

En materia económica, la renegociación de la deuda impaga con profesional manejo del ex ministro Lavagna y el corte con el FMI dieron un marco adecuado para recuperar instrumentos de política económica y monetaria que el país había perdido hacía muchos años. Un tipo de cambio alto y precios internacionales históricos para los productos agropecuarios han sido los causantes del gran crecimiento de los últimos años. Ello, unido a la obtención de superávit fiscal hoy en riesgo y a la acumulación de reservas vía nuevo endeudamiento, ha dado al gobierno suficiente caja y respaldo para comprar todo lo posible: tranquilidad financiera y voluntades políticas.

A pesar de la cuantiosa disponibilidad del sistema, del aumento de la productividad y de la actividad económica, la concentración de la riqueza se profundiza a niveles más rápidos e intensos aun que en la década del '90, ésa que todos critican pero que fue construida por muchos de los principales actores políticos del presente. Más de la mitad de la población es pobre, siendo una realidad palpable aunque se quieran alterar, maquillar o formar a antojo los índices económicos y sociales basados en estadísticas generales.

La relación con Venezuela y el intento de profundizar el Mercosur y la unión latinoamericana pareció indicarles a algunos comentaristas políticos que estábamos frente a un nuevo guevarismo argentino. A poco de andar, descubrimos que en realidad Venezuela compra bonos argentinos a buena tasa de interés y que esa intensa relación bilateral dio nacimiento a fideicomisos (especie de caja financiera de nulo control parlamentario) utilizados para realizar compras y ventas entre el Estado argentino y empresas privadas nativas con el Estado venezolano. La situación planteada con la valija llena de dólares detectada en Aeroparque tiene directa vinculación con esos tratos comerciales y el negocio de la energía que vincula a ambos países.

No olvidemos recordar la reciente adjudicación de la casi totalidad de las áreas petrolíferas y gasíferas disponibles de Santa Cruz a empresarios provinciales, como ordenaban los pliegos de concesión. Así, entre dos empresas supuestamente de amigos del presidente definieron la matriz de explotación provincial para los próximos años.

Los acontecimientos del caso Skanska y los sobreprecios en la construcción de gasoductos y obras públicas diversas son un secreto a voces entre los operadores económicos desde el inicio de la gestión.

La renuncia del ex ministro Lavagna fue consecuencia inmediata de advertir la cartelización de estas actividades en oportunidad de exponer en el coloquio de IDEA. Parece, entonces, que por el Ministerio de Planificación pasa toda autorización para construir, renovar concesiones, avalar aumentos de tarifas de servicios públicos y cualquier otra decisión de importancia que involucre la recaudación de recursos diversos.

En materia económica, debemos señalar el irregular y escandaloso manejo de los recursos públicos de Santa Cruz acumulados durante la década pasada por liquidación de regalías petrolíferas, centenas de millones de dólares que salieron del país supuestamente para ser protegidos de la hecatombe que se avecinaba pero que durante años nunca se supo dónde estuvieron, qué renta dieron ni cuál fue el manejo cierto de su utilización financiera.

El matrimonio presidencial ha hecho del manejo de la caja un leit motiv oculto y silencioso, cual prestamista que esconde en sigilo. Parece nomás que la concepción de la política es disponer de recursos para comprar todo lo que se interponga al paso de los proyectos personales, claro.

El discurso de la transversalidad progresista de cambio social y la parafernalia de recitales de cantantes populares en la Casa Rosada se han transformado en la verdadera intención del accionar: acumular recursos para comprar figuras de otros partidos y movimientos sociales, gobernadores, intendentes... en suma: acumular poder.

Así entonces, la vieja política, el que se vayan todos, ha dado paso al afincarse con los clásicos dirigentes de la CGT, muchos de ellos al frente de sus sindicatos desde hace más de treinta años operados como propios, o la alianza territorial con personajes sujetos a los peores cuestionamientos, como es el caso de Barrionuevo en Catamarca. La aceptación de la prepotencia sindical siempre vinculada con negocios puntuales y personales de sus máximos dirigentes ha dado paso al chantaje tolerado a diversas empresas, sin que el gobierno nacional ponga límite y concordia a las relaciones de tensión distributiva y reivindicaciones sociales siempre vigentes.

La CTA, combativa central de trabajadores disidentes, al nominar Duhalde como candidato a presidente a Kirchner, otorgó el primer apoyo de relevancia social para sostener la candidatura de éste. Hoy se enfrenta al presidente para obtener su personería gremial, reclamada desde hace años, cuyo reconocimiento inmediato la Asamblea Anual de la OIT reclamó al gobierno recientemente. El pacto con la CGT es priorizado desde el gobierno nacional por sobre cualquier otro reclamo.

La provincia del presidente soporta el hastío de una parte de la comunidad política después de muchos años de ahogo y reivindicaciones postergadas, en el marco de un globo de impunidad cerrado que ha llevado a mantener la Gendarmería en custodia de edificios públicos de las principales ciudades desde hace muchos meses. Ni Menem se atrevió a tanto.

Por último, es dable señalar que, amén de algunas correctas incorporaciones a la Corte Suprema de Justicia, institucionalmente el Congreso nacional no existe; opera bajo las indicaciones del Ejecutivo y las necesidades de turno de las cabezas de los bloques del partido oficial. No hay debate de los temas profundos que hacen a un proyecto nacional con perspectiva cierta de que pueda enriquecerse con el intenso tráfico de ideas y conocimientos del mundo actual.

El desprecio por la opinión política diversa y el negarse a toda consulta del periodismo, que resulta hoy el único controlador público de alguna entidad, han sido rasgos distintivos del matrimonio presidencial. No hay conferencias de prensa ni posibilidad de preguntar para informar, ni siquiera a la candidata presidencial, quien pudo llegar a ser legisladora de la provincia de Buenos Aires sin presentarse a un programa de televisión o dar entrevista a medio de relevancia nacional alguno.

En su libro "Pasaje a Occidente", el intelectual Giacomo Marramao señala la inquietud del político actual por conservar su poder, la necesidad de adecuar permanentemente el discurso para mantener vigencia ante los vertiginosos cambios del orden global. La carencia de un proyecto nacional y el enfoque de captar recursos públicos para fagocitar toda oposición o voz discordante es una práctica de antaño que, en perspectiva, nunca dio resultados positivos para el conjunto.

Así entonces, como en el teatro, caído el telón y descubiertos los actores tras la verdad de la obra y el libreto, se impone asumirla para todos aquellos espectadores que se deleitaron con la función.

DARIO TROPEANO (*)

Especial para "Río Negro"

(*) Abogado