El paro de actividades en reclamo de seguridad de la ex línea de trenes Roca fue levantado ayer por la tarde tras el dictado de una conciliación obligatoria entre los gremios y la concesionaria del servicio y la promesa del gobierno de adoptar medidas preventivas contra "sabotajes" y ataques a los trabajadores ferroviarios.

La protesta afectó a unas 500 mil personas que se movilizan diariamente por ese tren y provocó una saturación de los medios de transporte alternativos que unen la zona sur del conurbano bonaerense con Capital Federal.

La huelga fue declarada por los gremios Unión Ferroviaria y La Fraternidad ante los hechos de violencia que se registraron el lunes por la noche en la estación terminal Constitución, que involucró el incendio de una formación y el asedio a los trabajadores por parte de usuarios fastidiados por demoras de más de dos horas.

Los gremios y la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria (UGEOF) -concesionaria creada tras el retiro de la operadora Metropolitanos- coincidieron en que los retrasos se produjeron porque un vagón resultó dañado al pasar por encima de un montículo de hierros puesto en las vías, a la altura de la estación Gerli, y por un suicidio, en la misma zona.

Ante los hechos violentos, los gremios declararon una huelga para exigir medidas de seguridad, que se cumplió hasta las 17, luego de una conciliación obligatoria dictada por el ministerio de Trabajo, tras una reunión de la que participaron también funcionarios de la cartera de Interior y de Transportes.

De acuerdo con lo informado por el vocero de La Fraternidad, Horacio Caminos, el gobierno nacional prometió reforzar las medidas de seguridad tanto en la ex línea Roca como en el resto de la red ferroviaria. (DyN)