Si les asombró la nueva revelación del gobierno norteamericano de que hay 36,5 millones de personas viviendo en la pobreza en Estados Unidos, prepárense para más malas noticias: creo que la cifra aumentará en los próximos años.
Antes de que les diga por qué temo que la brecha entre ricos y pobres se incremente gracias a una mayoría de republicanos y algunos demócratas en el Senado que recientemente votaron en contra de un proyecto de reforma migratoria que hubiese permitido la legalización de muchos de los 12 millones de indocumentados, veamos rápidamente los datos dados a conocer esta semana por la oficina del Censo de Estados Unidos.
" El porcentaje de personas que viven bajo la línea de pobreza en ese país bajó ligeramente en el último año. Sin embargo, el Centro para el Progreso Americano, un grupo que se autodefine como "progresista", señala que en números absolutos los 36,5 millones de pobres son casi 5 millones más que los que había hace cinco años.
" La tasa de pobreza de Estados Unidos está en un 12,3% de la población, ligeramente menor a la del año pasado pero más alta que hace cinco años, cuando se ubicaba en un 11,3%.
" El número de estadounidenses sin cobertura médica ha alcanzado los 47 millones, un incremento de 8,5 millones en los últimos cinco años.
Una buena parte de la población pobre o que no tiene cobertura médica es hispana. Aunque la pobreza entre los hispanos bajó ligeramente el año pasado, un 21% de ellos continúa bajo la línea de pobreza.
Comparativamente, sólo el 8% de los blancos no hispanos y el 10% de los asiáticos viven en la pobreza. Los únicos que superan a los hispanos son los afroamericanos, con una tasa del 24%.
Y los hispanos son la población con mayores porcentajes de personas sin seguro médico: un 34,1% de ese grupo carece de cobertura médica, en comparación con el 20,5% de negros y el 14,9% de blancos no hispanos.
¿Por qué temo que la pobreza y la iniquidad no se reducirán en el futuro próximo?
En primer lugar, la economía de los Estados Unidos se está estancando.
Algunas proyecciones económicas como la realizada por Merrill Lynch la semana pasada ya están pronosticando un crecimiento de apenas un 1,5% para el 2008. Eso significará menos consumo, menos inversión y menos empleo.
En segundo lugar, la reciente derrota en el Senado de un proyecto de ley que hubiera permitido un camino hacia la residencia legal o ciudadanía a millones de indocumentados que aprendieran inglés y pagaran multas ha desatado una persecución contra los trabajadores sin documentos que seguramente resultará en un submundo de gente cada vez más marginada y pobre.
"Ahora esas personas no sólo seguirán viviendo escondidas sino que además será menos probable que aprendan inglés", me dijo Michael Fix, del Instituto de Política Migratoria, un grupo no partidista. "Los indocumentados permanecerán en la pobreza por un mayor período de tiempo".
En tercer lugar, el gobierno del presidente Bush, que se ha rendido ante grupos extremistas antiinmigrantes, recientemente anunció que enviará cartas a los empleadores cuyos trabajadores tengan números de seguridad social que no concuerden con los registros del gobierno.
Bajo las nuevas reglas, los empleadores tendrán que despedir a los trabajadores indocumentados. Y los trabajadores despedidos no van a regresar a sus países ni dejarán de tener hijos.
"La gente va a estar moviéndose de una planta procesadora de pollo a otra, sus ingresos podrían reducirse y quizá se queden algunos períodos sin ingresos dice Cecilia Muñoz, del Consejo Nacional de La Raza, un grupo de defensa de los derechos de los hispanos. Todo esto hará menos probable que baje el nivel de pobreza".
Asimismo, algunos candidatos presidenciales, como el republicano Mitt Romney, están en una cruzada contra la "inmigración ilegal", contribuyendo voluntariamente o no a un clima de hostilidad que hace que cada vez más ciudades del país aprueben ordenanzas para no permitir el acceso de los indocumentados a servicios básicos.
Mi opinión: la última vez que el gobierno de Estados Unidos aprobó leyes para legalizar a millones de inmigrantes en 1986, los estudios posteriores mostraron que los nuevos ciudadanos legalizados pronto consiguieron mejores trabajos y remuneraciones.
Esta vez, gracias a los republicanos en el Senado y a los demócratas que los siguieron, el fracaso del Congreso de los Estados Unidos en aprobar un camino a la legalización de los indocumentados tendrá el efecto opuesto: hará que millones de hispanos sean obligados a vivir aún más escondidos, incrementando la pobreza y la iniquidad en los Estados Unidos.
ANDRES OPPENHEIMER (*)
Especial para "Río Negro"
(*) Periodista. Analista internacional. Miami