Grecia seguía luchando ayer contra los devastadores incendios forestales que calcinan el país por quinto día consecutivo, mientras al gobierno le llueven las críticas por su gestión de un desastre que segó 63 vidas. Las llamas arrecian avivadas por los vientos calientes que dificultan las tareas de extinción.
Las autoridades aseguran que 25 fuegos siguen activos, principalmente sobre la sureña península montañosa del Peloponeso, la más afectada por una crisis que estalló el viernes. Al menos 63 personas murieron desde entonces al verse atrapadas por las llamas en localidades aisladas.
La buena noticia del martes, comunicada por el servicio contraincendios, indicaba que ningún pueblo se hallaba en peligro. Cientos de bomberos griegos extenuados proseguían su lucha contra el fuego armados con mangueras y camiones, mientras una flota de hidroaviones de más de una docena de países vertían agua sobre bosques humeantes.
Ante la dimensión de este desastre nacional, los griegos tienen los nervios a flor de piel. Para colmo de males un terremoto de 5 grados en la escala de Richter y una fuerte réplica sacudieron la parte central del Peloponeso ayer. También se sintieron temblores en Atenas y en el Mar Egeo.
Mientras la policía investiga el presunto origen criminal de los fuegos, los residentes de las áreas arrasadas por las llamas se quejaban a voces de la actuación del gobierno, al que acusan de no haber hecho lo suficiente para rescatar a la gente atrapada por las llamas y el humo.
Ante la proximidad de las elecciones generales del 16 de septiembre, los socialistas de la oposición arremetieron contra el primer ministro conservador, Costa Karamanlis, al que culparon de haber fallado al país. "Estamos humillados por la incapacidad del gobierno de salvar las vidas de nuestros conciudadanos", dijo el líder socialista George Papandreou.
El gobierno culpa a los pirómanos de los fuegos, un hecho que Papandreou ha calificado de estratagema para desviar la atención y, en su opinión, la defensa de teorías como ésta "es peligrosa para las instituciones democráticas de un país".
Siete personas han sido acusadas de incendio intencionado y otras 26 de delitos relacionados con el encendido de fuegos. Karamanlis, cuyo partido era hasta ahora el favorito para ganar las elecciones en las encuestas, llamó a los griegos a permanecer unidos y prometió que las zonas devastadas serían reconstruidas y reforestadas. "Debemos hacer todo lo posible para impedir que los jóvenes se desilusionen y se marchen de sus pueblos", dijo.
En los medios de comunicación se multiplican las teorías que apuntan a una conspiración, aunque sigue pesando la sombra de la especulación inmobiliaria. Entretanto anoche se abrió un nuevo frente en los bosques cercanos a la localidad de Maratón, al norte de Atenas, que estaban "bajo control", según las autoridades. (AP-DPA)