Toda España se hundió ayer en un la tristeza al conocerse la muerte de Antonio Puerta, el joven futbolista del Sevilla que luchaba desde hacía tres días por su vida.
"La zurda de diamante nos ha abandonado", resumió, aplastado, el presidente del Sevilla, José María del Nido, el final de la batalla de 64 en el que Puerta soportó varias crisis cardíacas.
La imagen y el recuerdo del espigado defensor zurdo de 22 años, monopolizaron ayer la televisión y los comentarios radiales en toda la península apenas se confirmó su muerte.
Puerta se desvaneció durante la disputa del partido que el Sevilla disputó el sábado pasado contra el Getafe al sufrir un paro cardiorrespiratorio. El jugador se recuperó y hasta abandonó caminando el campo, pero en los vestuarios volvió a padecer otras crisis cardíacas y también en el propio hospital Virgen del Rocío, en Sevilla, donde estaba internado desde la noche del sábado.
Su estado había empeorado en las últimas horas, y ya antes del desenlace era "muy crítico", según el parte médico que se había dado a conocer ayer por la mañana en el hospital. En él se hablaba de "signos de sufrimiento" y "disfunción multiorgánica causada por el paro cardíaco prolongado que motivó su ingreso".