Martes 28 de Agosto de 2007 Edicion impresa pag. 27 > Sociedad
Tienen sida y los entierran vivos por miedo al contagio
En Papúa Nueva Guinea. Familiares no tienen cómo tratarlos

Varias personas enfermas de sida fueron enterradas vivas en Papúa Nueva Guinea por sus propios familiares, que no disponen de medios para tratarles y temen contagiarse, según denunció el lunes Margaret Marabe, responsable de una organización humanitaria.

En el marco de una campaña contra el sida, esta mujer, que ha vivido más de cinco meses en la región de la Alta Meseta, una de las más aisladas de este país pobre del Pacífico Sur, explicó haber visto cómo morían de esta manera al menos cinco personas. Marabe relató ayer a varios medios el dramático caso de uno de ellos, que pedía socorro mientras le echaban paladas de tierra encima: "Uno de los enfermos era uno de mis primos. Les pregunté por qué lo hacían y me respondieron: Si les dejamos libres, en nuestra misma casa, vamos a contraer la enfermedad y vamos a morir".

Los propios aldeanos le dijeron a Marabe que ésta era una práctica común. En algunas poblaciones, los habitantes han torturado y matado a varias mujeres acusándolas de brujería y responsabilizándolas de la muerte, para ellos inexplicable, de jóvenes enfermos de sida.

La responsable de "Igat Hope" (Tengo esperanza) ha realizado un llamamiento al gobierno del país para que los programas de información sobre el sida lleguen no sólo a las zonas urbanas, sino también a las rurales.

Papúa Nueva Guinea, un país con seis millones de habitantes, se enfrenta a una propagación descontrolada del virus.

En un reciente informe, Naciones Unidas indicaba que en este país se registran cerca del 90 por ciento de los casos positivos que se diagnostican en Oceanía.

La cifra de contagios (fundamentalmente, a través de relaciones heterosexuales) ha crecido un 30% durante la última década. En 2005, alcanzó los 60.000 casos, en un país de seis millones de habitantes. (Agencias)

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