ROCA (AR).- Un joven de 19 años reconoció su culpabilidad en un violento asalto y posterior persecución que incluyó el ingreso por la fuerza a una vivienda para buscar refugio, y aceptó ser condenado a ocho años y dos meses de prisión.

Se trata de Guido Bladimir Ferrada Cortés, quien el 6 de junio había sido sentenciado a quince días de prisión en suspenso por un hecho menor.

Ante las pruebas que había en su contra, Ferrada Cortés y la defensora oficial Gabriela Labat, propusieron la realización de un juicio abreviado.

De esta manera, aceptaron la calificación legal que realizó la fiscal de la Cámara Primera del Crimen, Irma Beatriz Gadano, quien pidió que Ferrada Cortés sea condenado por "robo calificado por el uso de arma, portación de arma de guerra sin autorización legal, encubrimiento agravado por existir ánimo de lucro, y violación de domicilio".

La pena solicitada y aceptada por el imputado, fue la de ocho años y dos meses de prisión.

Ferrada Cortés fue hallado responsable del robo ocurrido el 11 de enero del año pasado, cuando alrededor de las 16 ingresó a la subagencia de la oficina de ProFu (Productora de Frutas Cooperativa de Seguros Limitada), ubicada en Avenida Roca 1.802.

Una vez en el interior, sacó un arma de fuego redujo a una mujer y al encargado del lugar, a quien golpeó con el arma en la cabeza, le sustrajo el celular y lo encerró en el baño, donde lo ató de pies y manos con un alambre que el propio Ferrada Cortés llevaba.

Luego, tomándola de los cabellos a la mujer, la llevó hasta el escritorio donde agarró dos sobre con dinero y cheques. También la obligó a abrir la caja fuerte, de donde tomó otros dos sobres que contenían seis cheques, copias de documentación y billetes falsos.

Finalmente la llevó al baño, donde le ató los pies, dejándola encerrada junto al encargado.

Antes de abandonar el lugar tomó otros objetos que había en la oficina, pera escapar en bicicleta. Sin embargo, fue advertido por la policía, por lo que la persecución se extendió por siete cuadras, hasta que Ferrada Cortés ingresó por la fuerza a una casa ubicada en Don Bosco al 2.100.

En el interior fue aprehendido por un policía, en momentos en que vaciaba el bolso usado en el hecho y escondía lo sustraído en otro bolso que pertenecía a la dueña de casa.

Se le secuestró también un revólver calibre 38 marca Smith & Wesson con proyectiles, sin que tampoco tuviera autorización para portar dicha arma.