Ante diferentes versiones periodísticas que dan cuenta que el Movimiento Popular Neuquino, en las próximas elecciones nacionales del 28 de octubre para legisladores nacionales, presidente y vice de la República, llevaría, encabezando la lista de legisladores nacionales por el Partido y como candidato a presidente de la Nación al actual gobernador del Neuquén, me veo en la obligación no sólo como afiliada sino como dirigente política de mi partido a hacer pública mi opinión personal y partidaria.
Ello a fin de que los afiliados y afiliadas, así como tantos independientes que nos acompañaron con su voto y que han creído en nuestra palabra, tengan en claro cuál es mi pensamiento ante este inusual hecho partidario.
Los que nos votaron en las últimas elecciones, eligieron un cambio, el cual es necesario y requerido desde hace tiempo. Y no sólo en el modo de ejercer la política partidaria y gubernamental, sino en la relación con la gente.
Nuestro mensaje tenía un eje común: respeto a los afiliados y a los ciudadanos de nuestra provincia, participación amplia en la toma de decisiones; suma de voluntades en beneficio de la provincia; relación diferente y adulta con el gobierno federal, no de confrontación inútil y estéril, sino de cooperación en un plano de igualdad, respetando a rajatabla el federalismo y la autonomía provincial.
Y fue con esas ideas-fuerza que afiliados del Movimiento Popular Neuquino y ciudadanos independientes decidieron su voto en favor de un cambio en nuestro movimiento.
Pues bien, parecería que a través de artilugios políticos y acuerdos de cúpulas se pretende que los que fueron derrotados electoralmente, condicionen al futuro gobierno provincial de su propio partido.
Se intenta imponer, a espaldas de los afiliados y sin su consentimiento, un candidato a presidente en la boleta electoral, autoproclamado que no ha sido elegido por los propios afiliados, ni legitimado por la convención partidaria. Candidato que hubo de fundar su propio partido personal, "El Movimiento de las Provincias Unidas" vaya ironía que, por otra parte y esto es lo más llamativo, conforme la Ley Electoral al tener representación política en varias provincias ha sido reconocido como partido nacional.
Me pregunto, y me preguntan, cuáles son las razones por las cuales se intenta esta galimatías política a espaldas de quienes detentan originariamente la legitimación decisoria en el MPN como son sus afiliados.
Sepan quienes conforman el Movimiento Popular Neuquino, y también los ciudadanos independientes que nos votaron, que me opongo y rechazo totalmente esta argucia y baja jugarreta política como es la de incluir en la boleta de nuestro partido a Sobisch, derrotado en internas partidarias, pronto a abandonar el gobierno y que por veleidades políticas personales pretende presentarse como candidato a presidente de la Nación, sin aval partidario alguno y con alianzas o más bien intentos de alianzas con los más variados personajes del espectro político de nuestro país, muchos de los cuales están muy lejos del ideario político de nuestro movimiento.
El Movimiento Popular Neuquino fue, es y será un partido provincial. Así lo concibieron sus fundadores, así creció y se constituyó en un genuino partido político, que cabalmente representaba y defendía los intereses e ideales de la provincia tales como autonomía, defensa irrestricta del federalismo, de sus recursos naturales, de la idiosincrasia policultural y étnica de su pueblo.
Es por ello que el pueblo neuquino, a través de los años, nos confió el gobierno provincial, sus intendencias y su representación en el Congreso de la Nación, a través de diputados y senadores que ejercieron fielmente el mandato otorgado.
Se pretende hoy, de un modo inorgánico, ilegítimo y a espaldas de los afiliados y de sus voluntades, introducir y avalar una candidatura presidencial totalmente ajena al Movimiento Popular Neuquino. Candidatura, o mejor dicho candidato, que no ha sido legitimado por los afiliados para el caso.
Se pretende utilizar a nuestro partido de neta raigambre y concepción provincial con aviesas intenciones, de modo tal de pretender demostrar por vía del llamado "voto arrastre" que se cuenta con determinado caudal electoral; se intenta condicionar al futuro gobierno provincial por quienes fueron derrotados en las internas y, por último, y esto es lo más peligroso, desnaturalizar la esencia político - fundacional del partido en aras de un proyecto personal de mezquinas ambiciones, carente de futuro y que responde a personalismos y a una personalidad que no ha asumido, no obstante la realidad electoral, que su tiempo político ya fue.
Por todo lo expuesto, y con el convencimiento de que quienes nos votaron comparten esta opinión, es que invito a los dirigentes a reflexionar y a los afiliados e independientes a manifestarse con firmeza, ejerciendo nuestros derechos y que hagamos saber nuestro más enérgico rechazo a la pretendida inclusión, realizada a espaldas del MPN.
LUZ SAPAG Senadora nacional del MPN. Intendenta electa de San Martín de los Andes.
Especial para "Río Negro"