Sábado 25 de Agosto de 2007 Edicion impresa pag. 4 > Nacionales
"En otros tiempos la Iglesia prefería callar"
Alberto Fernández salió al cruce de las críticas del Episcopado. Cuestionó la conducta de la Iglesia durante los años de la dictadura.

El gobierno nacional, a través del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, salió ayer al cruce del duro documento dado a conocer por el Episcopado en el que advirtió sobre "dádivas", "clientelismo político" y dependencia de la Justicia, en el marco de la campaña electoral.

"En otros tiempos, la Iglesia pensó de otro modo. En este tiempo entiende importante sacar una declaración, en otro tiempo entendió importante callarse. Es la opinión de la Iglesia y así hay que tomarlo", ironizó Fernández.

Los cruces suceden en un momento caliente de la relación entre el gobierno y la Iglesia. El Episcopado volvió a irritar al kirchnerismo al cargar las tintas sobre un proceso electoral que considera falto de transparencia, por sospechas de clientelismo, y al demandar una política económica que apunte al crecimiento con inclusión social. A pesar de tratarse de un documento repetido y sin destinatario explícito, golpeó contra la Casa Rosada, que replicó de inmediato en el punto que muestra a los obispos más débiles frente a la sociedad. El ausente protagonismo de la Iglesia en la última dictadura militar.

El jefe de Gabinete aludió al silencio de buena parte de la Iglesia sobre los crímenes cometidos durante la última dictadura militar, en momentos en que el ex capellán Christian Von Wernich enfrenta un juicio oral por su cooperación con el terrorismo de Estado.

Fernández salió así al cruce del documento dado a conocer el jueves por la Comisión Permanente del Episcopado, en el que una veintena de obispos encabezados por Bergoglio calificó de "trascendentes" las elecciones de octubre, y reclamó "dejar atrás las prácticas demagógicas y presiones indebidas, como el clientelismo y la dádiva, que desvirtúan y degradan la cultura cívica".

La advertencia episcopal se dio en medio de la crisis política y social en Santa Cruz, la provincia del presidente Kirchner, donde el obispo Carlos Romanín denunció "amenazas a la paz social y la institucionalidad", después de que el ex ministro kirchnerista Varizat, atropellara con su auto a 17 manifestantes opositores.

El primero en responder a la Iglesia fue el diputado Kunkel, quien el jueves vinculó al cardenal Bergoglio con "la derecha peronista" .

El nuevo cruce evidencia que la relación Iglesia-gobierno sigue tirante y sin miras de mejorar, y que -a pesar de que se reclama diálogo institucional- ninguna de las partes parece dispuesta a ceder su cuota de poder para encaminarlo. También abrió interrogantes. ¿Por qué a dos meses de las elecciones, los obispos optaron por reiterar un texto de abril, cuando hoy el contexto político-social es más efervescente e inclusive con casos de corrupción que salpican al entorno presidencial?. (DyN)

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