ROCA (AR).- El fiscal Edgardo Rodríguez Trejo pidió ayer que el ex gerente del banco Quilmes de la sucursal de esta ciudad, sea condenado a un año y medio de prisión, ya que a su juicio tuvo responsabilidad en la estafa cometida por Reinaldo Martínez, quien era escribano de la entidad y debía cancelar una hipoteca que finalmente no hizo. Martínez reconoció su autoría en un juicio abreviado, mientras que el ex gerente Mauricio Fernández llegó a juicio oral, ya que en todo momento dijo ser inocente.

La querellante Patricia Espeche pidió que se le aplique una condena a seis años de cárcel, mientras que el defensor Adolfo Martínez solicitó la absolución de su cliente.

Los damnificados en esta causa fueron el matrimonio Constantini y Esteban, y Mónica Martín, quien les vendió un inmueble que tenía hipoteca bancaria.

El dinero se lo dieron a Martínez, pero la hipoteca en cuestión nunca se levantó. Finalmente, al matrimonio le dieron un crédito de 20.000 dólares para cancelar todo.

Rodríguez Trejo consideró que hubo un ardid por parte del imputado, que consistió en "hacerles firmar un comprobante para cancelar una hipoteca que le correspondía levantar al banco", y apuntó las culpas contra Martínez, quien en juicio abreviado en la Cámara Tercera negoció con las partes la pena de cuatro meses de prisión. En realidad, esta fue la cuarta condena contra Martínez por delitos similares.

Con respecto a este caso, Rodríguez Trejo consideró que "le dieron cuatro meses por haberse quedado con 65.000 dólares. Es una barbaridad, yo no lo hubiera aceptado (al juicio abreviado). Pero eso es harina de otro costal".

Para Espeche, la responsabilidad de Fernández existió. "Quien dispuso que el escribano sea Martínez, fue Fernández. Sabía de la premura de la operación y aprovechó la confianza del matrimonio", dijo.

"No me quedan dudas"

"No me quedan dudas que Fernández permitiera y autorizara sin control alguno, y fa

cilitara que Martínez se llevara el dinero. Es una maniobra coordinada que perjudicó a la compradora, a la vendedora y al banco", argumentó.

Incluso se basó en dicho de su cliente Alejandro Esteban, quien en la audiencia había dicho que "actualmente no me caben dudas que al escribano lo eligió Fernández. Me sentí acorralado y me siento defraudado".

Finalmente, Adolfo Martínez realizó un extenso alegato en el que aseguró que su defendido había sido una víctima más. "Fernández no es mago para saber qué iba a pasar. El también fue defraudado porque le 'cortaron la cabeza'", en alusión a que fue echado del banco.

"No hay pruebas que el escribano fue impuesto. Ellos buscaron el más barato y mucho veces lo barato sale caro. Tampoco hay un solo elemento que determine una conducta dolosa de mi cliente. ¿Piden más castigo para Fernández?, si se quedó sin trabajo. Además, no se le puede pedir una pena mayor que al escribano", dijo el abogado.

La sentencia será leída el próximo 6 de setiembre.