Sábado 25 de Agosto de 2007 Edicion impresa pag. 48 > Deportes
El adiós a un maestrodel arte pugilístico
Un paro cardíaco le arrebató la vida al gran entrenador.

El boxeo vivió ayer un día negro. Santos Zacarías, profeta criollo de esta actividad, entrenador de ex campeones mundiales como Sergio Víctor Palma y Martín "Látigo" Coggi, dejó el mundo de los mortales para descansar en el más allá.

Un paro cardíaco le arrebató la vida en la madrugada, cuando descansaba junto a su esposa en su departamento del barrio porteño de Palermo. Su hijo Claudio, recordado jugador de fútbol de San Lorenzo, le cortó el aliento al periodismo cuando habló de su Santos: "Era un tipo extraordinario, mejor padre y una gran persona. Lo voy a recordar como el más grande del mundo (...) Mamá me llamó avisándome que papá se había descompuesto y cuando llegué ya había muerto", precisó.

Los logros del antiguo maestro llegaron con Sergio Palma, quien se consagró campeón mundial de la Asociación Mundial de Box (AMB)

el 9 de agosto de 1980 tras una dura pelea ante Leo Randolph. También entrenado por

Zacarías, Martín "Látigo" Coggi derrotó al italiano Patrizio Oliva el 7 de mayo de 1988 y se consagró como el mejor welter junior de la Asociación Mundial de Box (AMB).

La vida de Santos siempre estuvo ligada al mundo de los guantes y de la pelota. Su otra hija se casó con el ex defensor de San Lorenzo, River Plate y Boca, Jorge Nicolás "El Pipa" Higuaín, y Zacarías era abuelo de los delanteros Gonzalo y Federico Higuaín, quienes juegan en el Real Madrid de España y el Besiktas de Turquía, respectivamente.

Tal era la pasión por el boxeo de "Don Santos" que uno de sus hijos, Alberto, heredó la profesión de su padre, mientras que Silvia, una de sus nietas, practica boxeo femenino. Pero no fueron sólo esas actividades las que disfrutó a flor de piel. Zacarías era un amante del tango, y por sobre todas las cosas, de Carlos Gardel.

Fue uno de los maestros del boxeo nacional, raza en extinción si se quiere, era un cascarrabias de aquéllos cuando trajinaba gimnasios, el del Luna Park, el de la FAB. Porque hacía lo que hacía a fondo, con pasión... Se lo va a extrañar, y mucho.

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí