MADRID/DURANGO (DPA) - Casi tres meses después de anunciar el final de su alto el fuego, la organización separatista vasca ETA reapareció ayer con la explosión de una potente furgoneta bomba que hirió de levedad a dos guardias civiles en el País Vasco, en el norte de España, y dejó cuantiosos daños materiales.
La explosión tuvo lugar junto al cuartel de la Guardia Civil en la localidad vizcaína de Durango, en la provincia de Vizcaya, hacia las 03:30 (11.30 del jueves en Argentina), sin aviso. La bomba estaba compuesta por entre 80 y 100 kilos de explosivo.
Las instituciones y los partidos políticos democráticos condenaron el ataque. El gobierno español advirtió a ETA de que seguirá trabajando "para que todos los terroristas, tarde o temprano, terminen en la cárcel".
El brazo político del grupo armado, la ilegalizada Batasuna (Unidad), evitó una vez más condenar el ataque terrorista, al igual que Acción Nacionalista Vasca (ANV), formación que tomó su relevo en las elecciones municipales de mayo.
Pese a la advertencia por parte
de un agente de que no lo hiciera, un hombre encapuchado estacionó la furgoneta junto al cuartel y salió corriendo hacia un vehículo donde le esperaba otra persona. El agente trató de activar entonces un inhibidor, pero no le dio tiempo, informaron fuentes policiales.
La furgoneta había sido robada dos días antes. La explosión causó heridas leves a dos guardias civiles, que fueron dados de alta poco después de ingresar con cortes en un hospital, y ocasionó cuantiosos daños materiales: una veintena de vehículos destrozados -10 de la Guardia Civil y 12 particulares-, daños en edificios colindantes y en ocho viviendas dentro del cuartel.
Muchos vecinos se lanzaron a la calle tras el estruendo que los arrancó del sueño. Los terroristas huyeron y el automóvil en el que lo hicieron, con matrícula portuguesa, apareció cerca de una hora después quemado tras una explosión, previsiblemente para borrar huellas, en la localidad cercana de Amorebieta, a pocos kilómetros de Durango.
El director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida destacó la chance de que ETA tenga infraestructura en Portugal. El pasado 21 de junio, la policía española halló un coche con 130 kilos de explosivo en Ayamonte, en el sur del país, abandonado por ETA cerca de la frontera con Portugal. En España se temía un atentado en cualquier momento desde que ETA, anunció el final del alto el fuego.
