La crisis en la provincia del presidente Kirchner se instaló ayer en el plenario del Episcopado, que comenzó a analizar distintas cuestiones pastorales y de la realidad del país.

El vocero episcopal, presbítero Jorge Oesterheld, aseguró que dialogó ayer con el obispo de Santa Cruz, Juan Carlos Romanín, un enérgico crítico de la situación de la provincia, porque el Episcopado quería conocer las motivaciones que lo llevaron a ponerse al frente de una multisectorial que reúne a gremios estatales, partidos opositores y la Cámara de Comercio provincial.

"Es para evitar más enfrentamientos y hechos de violencia", explicó Romanín a Oesterheld, vocero del cardenal Jorge Bergoglio, que preside las sesiones de la Comisión Permanente del Episcopado, en la que participan unos 20 obispos y que comenzó ayer y culminará el jueves en su sede del barrio porteño de Retiro.

Asimismo, Oesterheld aseguró que Romanín "no tiene que pedir autorización al Episcopado para actuar" ya que tiene "libertad de acción".

Sin embargo, en diálogo con la agencia DyN, destacó "su trabajo en favor de la paz social, el diálogo, la reconciliación y la democracia en Santa Cruz".

El viernes pasado monseñor Romanín repudió que el ex ministro kirchnerista Varizat haya atropellado con su vehículo a personas que participaban en una marcha de estatales y ayer pidió un justicia trasparente en Santa Cruz.