¿Cuándo se decidió a ingresar en la actividad política para después apartarse y regresar?
En 1982, cuando era inminente el retorno a la democracia. Me afilié a la Unión de Centro Democrático (UCD), pero a fines de 1991 renuncié junto al grupo de Avellaneda que me acompañaba. Fui secretario de Gobierno en la intendencia de esa ciudad hasta el '96, cuando por mi propia voluntad me retiré, cansado de lo que estaba ocurriendo y viendo lo que se avecinaba. El 2001 me encontró golpeando la cacerola y al año siguiente volví a la política cautivado por Recrear.
¿La UCD y Recrear no se asemejan en su origen por ser partidos "doctrinarios" de centro, muy marcados por sus fundadores (Alvaro Alsogaray y López Murphy respectivamente)?
Es cierto que los partidos nuevos se estructuran alrededor de un liderazgo importante, pero Recrear, a diferencia de la UCD, está integrado por personas provenientes de diversos orígenes: ex justicialistas, radicales, desarrollistas, demoprogresistas...
¿Para López Murphy no era más sencillo dar la batalla dentro de la UCR a la que pertenecía?
Es más cómodo transar dentro de las fuerzas tradicionales. A mí me sucede cuando dicen "¿Aceptás ser candidato a gobernador? ¿Sabés la chance que tenés?". Mi respuesta es que voy para ganar. Es el entusiasmo con el cual acepto la candidatura y con el que participo en la construcción del partido. En cinco años de vida, el crecimiento de Recrear ha sido espectacular: tenemos representantes en casi toda la provincia de Buenos Aires, en las cámaras, en los concejos deliberantes...
Aun así, en los grandes distritos las posibilidades parecen escasas.
Eso es como decir que si sos hincha de fútbol tenés que ser de Boca o de River y no podés ser de otro equipo para triunfar. Creo que los que estamos en partidos más chicos tenemos mucho más entusiasmo y pasión.
¿Qué reflexión le deja el que la sociedad reclame "que se vayan todos" pero siga votando a los mismos?
Yo soy muy crudo con eso y hago cargo de la situación a los ciudadanos. A esta altura, todos los argentinos hemos vivido más en democracia que fuera de ella. O sea: cuando la sociedad se queja de los políticos, lo primero que tiene que pensar es a quiénes votó y a quiénes va a votar, preguntarse si se preocuparon aunque sea 48 horas por las propuestas y si aquellos a quienes votaron las cumplieron. Tenemos que aprender a saber castigar, porque es normal equivocarse pero no podemos quejarnos si votamos a los mismos continuamente. ¿Queremos producir un cambio o seguir igual?
¿Cómo explicar que Daniel Scioli cuente con una enorme ventaja sin casi haber dicho palabra?
Recuerdo que cuando (Eduardo) Duhalde estaba ejerciendo la presidencia, abrió un libro para que los dirigentes suscribieran un compromiso de no asumir más cargos públicos. Creo que el único que lo firmó fue Scioli. Siendo un porteño por excelencia, que no cumple con los cinco años de residencia en territorio bonaerense que exige la Constitución provincial ni ha votado nunca en la provincia, es candidato por el distrito.
Son las mismas estructuras enviciadas que subsisten a fuerza de trampas.
Una ex diputada, al concluir su mandato hace unos años, reflexionó: "¿Ahora de qué voy a vivir?". ¿La política se ha convertido en una profesión o en una casta?
Estamos en una sociedad facilista en la que nos han inculcado el comer pescado en vez de pescarlo. Provengo del sector industrial y quien me acompaña, Héctor Tumini, pertenece al sector agropecuario. La producción y el trabajo no tienen que ser una propuesta sino una forma de pensar. En la Argentina se ha instaurado una cultura de la pobreza que se va transmitiendo de generación en generación. Está llena de políticos que en su vida han pagado un sueldo y hacen las leyes laborales que terminan disparando un 40% de trabajo en negro. Tenemos un país rico con gente pobre.
Fuera de los partidos tradicionales, ¿cómo se hace política frente a los aparatos?
Lo que hicimos con la candidatura a diputado (es legislador provincial desde el 2005) fue sólo con nuestro físico. Cuando comience la campaña, como se dice en el interior, me voy a la cosecha, a caminar y pagándome la nafta para recorrer los pueblos. Lamentablemente las campañas son mediáticas y al que no tiene disponibilidad se le hace difícil.
Pero vamos a dejar la vida para competir.
¿Cómo se autoconvence cada día para librar una lucha tan despareja?
La vida es una y, cuando uno hace un repaso de los años vividos, la cuestión no es que se salve uno sino poner los cimientos de algo distinto. Argentina es el único país del mundo que del desarrollo pasó al subdesarrollo.
¿Qué piensa de Blumberg?
Hacer política no es fácil; hay que empezar conversando con la gente, abriendo un pequeño local partidario, encontrando adhesiones. Por un lado, a Blumberg lo felicito por querer hacer cosas y meterse en política, pero por otro me preocupa ver que cuando parecía que lo suyo iba a ser algo nuevo y distinto se esté volcando hacia estructuras y personas de la vieja política, responsables de lo que él dice que va a cambiar. Una persona sola, sin un equipo que lo ayude, no puede hacer nada. Mi compromiso es llevar adelante las cosas que proclamamos con una estructura adecuada.
En el lanzamiento de su candidatura sostuvo que en materia de seguridad tiene una concepción muy diferente de la de su "paisano" (Carlos Arslanian). ¿Cómo se soluciona un tema que está en el tapete desde el regreso a la democracia?
Le doy un dato de la provincia de Buenos Aires que puede servir para el análisis. Hay 344 comisarías para 134 municipios: 2,5 comisarías por municipio, con una cantidad de policías muy superior a la de muchos países con mejor seguridad. Hay que acabar con eso de mano dura o mano blanda. Se debe aplicar la ley. Por un lado, volver al respeto al agente: no puede ser que se insulte a un policía y no pase nada; por otro lado, el efectivo que comete un delito debe recibir un castigo mayor que el civil. Muchos intendentes dicen que la seguridad la maneja la provincia, pero ocurre que todos los vecinos saben cuáles son las zonas peligrosas, dónde venden droga. Sin embargo, nadie hace nada porque manda la politiquería. La ejemplaridad empieza desde arriba. En la gestión de Arslanian se han dado de baja más de 2.500 policías; ¿cuántos de ellos fueron presos? No llegan al centenar.
Pero ¿cómo ir a fondo cuando esos intendentes del conurbano a los que Cristina Kirchner calificó de "mafiosos" y hoy acompañan al oficialismo tienen la "sartén (de la política) por el mango"?
El mensaje que llevan nuestros candidatos a intendente y concejales es el compromiso por la defensa de la autonomía municipal, es decir que los jefes comunales dejen de ser mendigos del gobernador. Hay que dar vuelta la pirámide, concederle más facultades al intendente, que es un vecino más, y hacerlo responsable de la marcha del municipio.
¿El gasto político no está desbordado?
En los presupuestos el gasto de la planta política no supera el 5%. El político tiene que ser una inversión. Ojalá trabajen y ganen muy bien, pero sirvan a la gente. Las continuas manifestaciones sociales, los más de 37 planes manejados por punteros, son una señal de malgasto y del fracaso de los políticos. En la provincia hay que terminar con 20 años de gobierno del mismo partido que la endeudó en más de 33.000 millones de pesos.
La unión de la oposición fracasó no sólo a nivel nacional: en la provincia de Buenos Aires decisiva para la elección hasta ahora no pudieron coincidir en una fórmula común. Buscaron un acercamiento con Stolbizer y con Asís y nada de eso prosperó... ¿por qué?
En Recrear, a lo único que no le tenemos miedo es al diálogo. Con todos hemos conversado para intentar un gran frente electoral bonaerense, pero primaron otros intereses, por eso fuimos los últimos en salir al ruedo. Ahora Recrear tiene todos sus candidatos.
¿Son negociables las candidaturas (entre ellas la suya) en pos de un entendimiento con el macrismo?
Nosotros somos respetuosos de lo que determinen las estructuras partidarias, de la asamblea y la junta ejecutiva. Soy un hombre del partido. Siempre estuvimos abiertos a escuchar propuestas, pero no apoyar a un candidato presidencial es no comprometerse con la República. Es como decir "Voy a votar en blanco o, peor, no votar". A la hora de la verdad no puede dar todo lo mismo.
El entrevistado
Sergio Carlos Nahabetian es industrial textil, "ni licenciado, ni ingeniero" aclara risueño. A punto de cumplir 54 años, está casado y tiene tres hijos y un nieto. Es el candidato a mandatario bonaerense por Recrear (partido del que es diputado provincial) en dupla con Héctor Tumini y miembro activo de varias ongs relacionadas con la comunidad armenia.
Se apartó varios años de la política para volver cuando se fundó Recrear. Antes fue concejal y secretario de Gobierno de Baldomero Alvarez en el municipio de Avellaneda, en su primera gestión. "Me fui porque no estaba cómodo, cuando me di cuenta de que ése no era mi lugar".
Entiende que al igual que Scioli el precandidato macrista Francisco de Narváez no puede presentarse a gobernador ya que el artículo 121 de la ley suprema provincial exige ser argentino nativo o hijo de argentinos, mientras que De Narváez es colombiano. "Hay que acostumbrarse a no forzar interpretaciones constitucionales según los intereses personales", señala.
CLAUDIO RABINOVITCH