El gobierno transmitió ayer por la tarde su "indignación" al Ejecutivo de Uruguay por la carta diplomática que presentó esta semana en la que sugiere una supuesta "pasividad" argentina frente a amenazas que se le atribuyen a asambleístas de Entre Ríos contra la cuestionada planta pastera de Botnia en Fray Bentos.

La posición oficial argentina frente a la misiva diplomática de Uruguay presentada el martes pasado fue entregada ayer en mano al embajador uruguayo en Buenos Aires, Francisco Bustillo.

En el texto, la cartera encabezada por Jorge Taiana rechaza "la serias acusaciones sobre supuestos actos de incitación de particulares -asambleístas de Entre Ríos- en territorio argentino a "actos de invasión, sabotaje y terrorismo" contra Botnia.

"Más grave aún, la nota alude veladamente a una supuesta pasividad de nuestro país frente a los pretendidos motivos de dichas acusaciones, sugiriendo incluso cierta connivencia con los mismos", subraya la respuesta diplomática.

El gobierno de Néstor Kirchner manifestó por esta vía al de Tabaré Vázquez que las afirmaciones en la carta cuestionada "no sólo son ofensivas, sino particularmente injustas para un país que ha sufrido en carne propia el flagelo del terrorismo y que ha hecho del combate contra el mismo uno de los pilares de su política exterior".

Desde otro plano, el gobierno nacional volvió a instar a Uruguay "a reconducir la controversia al terreno de los hechos", refiriéndose al conflicto vigente por la pastera que Botnia proyecta construye. El gobierno argentino, en la nota, renueva su calificación de "ilícito" al emprendimiento finlandés-uruguayo que es cuestionado desde Argentina por su localización en Fray Bentos y su condición de "contaminante".

"La Cancillería ha instruido a sus representaciones diplomáticas ante la Corte Internacional de Justicia y la Organización de Estados Americanos a entregar a dichos organismos sendas copias de la nota entregada a las autoridades uruguayas", indica la nota.

Respecto de las acusaciones uruguayas, el texto argentino asevera que "inquietan por la generalidad y superficialidad" y agrega que "deberían en todo caso haberse basado en una previa verificación de la veracidad, tenor y circunstancias de las supuestas incitaciones".