Sábado 18 de Agosto de 2007 Edicion impresa pag. 39 > Policiales y Judiciales
Para el fiscal, todo el crimen estuvo planificado
Edgardo Rodríguez Trejo pidió que Juan Carlos Laurín sea condenado a 11 años, mientras que el querellante Oscar Pineda solicitó 15. El defensor Eves Tejeda dijo

ROCA (AR).- "Laurín iba preparando todo con una gran actuación personal. Todo estaba premeditado", dijo ayer el fiscal de Cámara Edgardo Rodríguez Trejo antes de pedir que el imputado por el crimen de su novia, Adriana Paola Sewald, sea condenado a 11 años de prisión.

Anteriormente había sido el turno de alegar del querellante Oscar Pineda, quien solicitó 15 años de cárcel para el imputado por el crimen ocurrido el 3 de noviembre de 2005 en Cervantes; mientras que al final lo hizo el defensor Eves Tejeda quien pidió que su cliente sea absuelto (ver recuadro).

Rodríguez Trejo descartó que la víctima se haya suicidado en el canal secundario de riego donde fue encontrado su cuerpo. Resaltó que la Sewald tenía "un grado de agresión importante en el cuerpo antes de su muerte, y que no fue producido por el agua".

Recordó algunas conclusiones sobre la personalidad de Laurín que obtuvieron profesionales del Poder Judicial. Dificultades de control impulsivo, es explosivo y tiene ciertos rasgos paranoides, dijo entre otras características. "Con respecto a su novia, Laurín dijo que era una persona llorona, que había estado embarazada, depresiva, que había sido violada en su infancia, sometida a un aborto, y que dejaba su trabajo porque debía 'bajarse la bombacha'. En realidad, todo esto tiene que ver con la personalidad de Laurín", dijo.

Y para contrastar los dichos del imputado, señaló parte de las declaraciones de los testigos que se escucharon durante las dos audiencias. "Surgió que era reservada pero respetada, alegre, sabía nadar, cursaba una carrera terciaria y era optimista con su futuro, su prima nunca la vio llorar y además su madre dijo que entre ambas había una relación de amistad".

También hizo referencia a lo que determinó la autopsia. "En la cabeza hay ocho lesiones agrupadas y que sería producto del golpe con un elemento romo y duro, lo mismo que las lesiones en el tórax. En el cuello, las lesiones son por compresión y no son compatibles con el arrastre del agua". Tras esto, Rodríguez Trejo se preguntó: "¿Alguien puede pensar que con estos golpes la víctima se suicidó?", para finalizar, recalcó que las lesiones "fueron anteriores a la muerte".

En el caso del querellante Pineda, su alegato se basó en la prueba testimonial. Mencionó que Laurín se encontraba en el lugar del hecho porque la madre de la víctima lo vio a la distancia y cuando se agarraba la cabeza. "Este testimonio se puede minimizar por ser la madre de la víctima, pero sin embargo, hay un sereno que ve a la pareja en el lugar, la testigo Fuentealba los vio también y escuchó cuando Sewald le decía a Laurín 'no hace falta que me hablés tan fuerte', además de destacar los dichos de un taxista, un policía y un detenido en la comisaría de Cervantes".

"Sewald tenía un futuro y proyectos. Estaba bien anímicamente... ¿por qué se iba a matar?", dijo Pineda.

Tras hacer mención a los golpes detallados en la autopsia, señaló que la víctima "cayó consciente al agua, y cuando Laurín se tiró ¿Paola estaba viva?. Sí, porque el forense Ismael Hamdan dijo que hay un tiempo de agonía que va desde los cinco a los diez minutos. Es decir, que le podría haber salvado la vida".

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