Sábado 18 de Agosto de 2007 Edicion impresa pag. 28 > Internacionales
San Luca, un pueblo fantasma por temor a la vendetta mafiosa
Canceló su fiesta de "Ferragosto" por miedo a la 'Ndrangheta

Era "Ferragosto", este 15 de agosto, y los italianos celebran el principal día festivo del año. Mientras que los romanos, milaneses y florentinos se van a la playa y organizan picnics, los habitantes de la pequeña localidad de San Luca, en Calabria, prefieren quedarse en casa.

Un equipo de cámaras de la televisión italiana viajó hasta el pueblo para entrevistar a parientes de las seis víctimas del asesinato en la ciudad alemana de Duisburgo. Pero se encuentran con calles completamente vacías, muertas, y un silencio total. "San Luca se ha convertido en una ciudad fantasma", constatan.

Los habitantes de la localidad, unas 4.000 personas, simplemente tienen miedo. Miedo a la venganza, a nuevos brotes de violencia. Desde hace 16 años se libra aquí una guerra entre las familias mafiosas Strangio-Nirta y Vottari-Pelle-Romeo que se ha cobrado ya casi 20 vidas.

Pero nunca antes en la historia de la 'Ndrangheta, la mafia calabresa, habían sido "ajusticiados" seis hombres jóvenes a la vez. "Todos tienen miedo de que se produzca una reacción en cadena", afirmó el presentador de la RAI.

A causa de ello, el lugar se parece más a la sección de alta seguridad de una cárcel que a un pueblo en pleno "Ferragosto". Hay numerosos "carabinieri" y miembros de unidades especiales de la policía que controlan todas las carreteras de acceso y las calles. "Así se espera ahogar todo intento de respuesta a la masacre por parte del grupo Vottari-Pelle", señala un periodista.

Cada vez es más seguro que el blanco principal del ataque haya sido Marco Marmo, de 25 años, quien al igual que las otras víctimas de entre 16 y 38 años pertenecía al clan Vottari-Pelle. Marmo era considerado por las familias Strangio-Nirta como uno de los principales responsables del asesinato de Maria Strangio, la esposa del presunto jefe del clan, Giovanni Nirta. Maria murió en diciembre pasado y desde entonces perecieron en acciones de "vendetta" en toda Italia cuatro personas. También se disparó como advertencia con un fusil kalashnikov contra un edificio donde viven seis familias.

¿Cómo se llegó a este nivel de hostilidad, que sume en el pánico a los habitantes de San Luca? Como suele ocurrir a menudo con los clanes de la mafia, el principio fue una verdadera nimiedad: en 1991, durante el carnaval, miembros de ambas familias se arrojaron huevos. Sin embargo, lo que empezó como una broma acabó en una pelea a golpes. Pocos días después dos habitantes de San Luca fueron atraídos a una trampa y asesinados, y así comenzó lo peor. "Ésta es una guerra absurda", resumió un reportero televisivo.

Una y otra vez ha habido treguas entre las familias, pero todo indica que ya se han acabado. Más allá de la venganza se trata de la lucha por el negocio del tráfico de drogas y el control de ciertos territorios.

Y la gente de San Luca no ve un final de la violencia. Porque cuando hayan pasado los días tranquilos de verano y la policía levante sus controles, ya estará programada la próxima acción de la 'Ndrangheta.

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