NEUQUEN (AN).- Los restos del pequeño estaban en posición fetal al pie de un paredón altísimo, entre dos rocas enormes y a unos cien metros del río Limay.
El chiquito tenía apenas tres años y sus huesos descansaban allí desde el siglo III después de Cristo. Un análisis de sus huesitos determinó que vivió en la zona hace 1770 años, quien de inmediato se transformó en el ser humano más antiguo que se ha identificado en esta región. Hay otras dataciones que se hicieron sin estudiar restos humanos.
Llaman la atención los dientes y la boca abierta en el entierro que fue trasladado a los laboratorios de la dirección de Patrimonio. Como si se adivinara un grito del crío. Y algo determinaron en su boca la arqueóloga Claudia Della Negra y su hermana odontóloga María Angela.
"La articulación de la mandíbula demostraba que el infante habría tenido un gran período de amamantamiento", dijo la arqueóloga de la secretaría de Cultura.
"Lo del gran período de amamantamiento lo afirma mi hermana, lo que sí he observado es que tenía muy planas las cavidades glenoidas", sostuvo la odontóloga quien definió que, por la dentadura, el chico tenía tres años cuando murió.
En los últimos años, Claudia Della Negra y su colega Estela Cúneo han avanzado en el estudio de diferentes sitios arqueológicos de la provincia, todos de gran importancia para conocer algo de los primitivos habitantes premapuches de la región. Precisamente, hace dos meses Della Negra presentó el resultado del estudio del sitio Gubevi en la zona de Andacollo, que data de 1878 años antes del presente.
"Los estudios nos permite hacer comparaciones, tenemos individuos que fueron contemporáneos pero en uno y otro punto de la provincia", afirmó la investigadora. El entierro fue localizado hace dos años por tres integrantes de la familia Moro de El Chocón. El hallazgo movilizó a los policías de la delegación de la villa y -cuando se descartó cualquier ilícito contemporáneo- al equipo de investigadores arqueológicos guiado por Della Negra.
"A simple vista los restos no denotan patologías y tampoco algún tipo de indicio que nos pudiera indicar alguna lesión. La idea es que una investigadora (Paula Novellino) realice estudios que determinen patologías".
En el sitio no se registró más material, pero a los pies habían pelos de un animal no identificado: "no pudimos establecer el grado de asociación,pudo haber de alteración del sitio", agregó.
Es posible que Novellino se sume a la investigación pues mantiene una estrecha relación con sus colegas y la provincia sólo debería hacerse cargo de sus gastos de alojamiento.
