NEUQUEN (AN)- La justicia condenó ayer a 15 y 14 años de prisión respectivamente a dos jóvenes que el 3 de marzo del año pasado asesinaron a Norberto Narambuena en la Toma Nueva. El fallo, que fue dividido, absolvió a otros dos imputados y dejó sin explicación quién fue el autor de los disparos que hirieron a la víctima. Sólo se probó que uno de los condenados lo apuñaló y el otro escondió las armas de fuego.
Los 15 años de prisión fueron aplicados contra Juan Domingo Montiel (cumplió 20 años de edad el viernes pasado) y los 14 contra Luciano Abarzúa (19). La absolución benefició a Mario Montiel (21) y Gonzalo Martínez (cumplirá 23 la semana próxima).
Sin embargo, Martínez fue condenado por dos tentativas de robo y una de hurto a un año de prisión. Los hechos están desvinculados del crimen, pero la Cámara aprovechó para juzgarlo por estos delitos. Y como tenía una una pena anterior, se la unificaron en cuatro años y medio.
La semana pasada, antes de los alegatos, Mario Montiel y Martínez tuvieron una pelea en la Alcaidía de Tribunales, se presume por diferencias entre ellos.
La madrugada del 3 de marzo de 2006, cinco personas ingresaron a la casilla de Narambuena (36). Lo atacaron a golpes, le dispararon con una escopeta y un revólver y lo apuñalaron. Según la autopsia, la víctima recibió los perdigones de la escopeta en el hombro derecho, los balazos del revólver en el costado derecho del tórax, y la puñalada en la base del cuello.
Uno de los principales testigos fue el hijo de Narambuena, ya que observó el ataque que sufrió su padre. Aunque no declaró en el juicio oral porque no pudo ser ubicado, los jueces José Andrada, Emilio Castro y Héctor Dedominichi tomaron en cuenta la declaración escrita que prestó durante la investigación.
Según el menor, de 13 años al momento del crimen, cinco personas irrumpieron en la casilla y le preguntaron a su padre "dónde están los fierros". Narambuena dijo que no sabía, y uno de los sujetos, apodado "Mingo", lo golpeó en el rostro. Luego vinieron los tiros y las puñaladas.
El menor señaló además que fue "Mingo" el que le tiró con la escopeta, pero luego en rueda de reconocimiento lo señaló como el autor de la puñalada y dijo que lo conocía por "Mario".
En cuanto a Abarzúa, de acuerdo con la versión del hijo de la víctima era el que preguntaba "dónde están los fierros". Otro testigo también lo comprometió: dijo que Abarzúa le entregó una mochila en la que estaban la escopeta calibre 16 y el revólver 22 utilizados en la agresión.
El juez Andrada consignó en el fallo que Juan Domingo Montiel "con un arma blanca atacó y lesionó letalmente a la víctima", mientras que Abarzúa "cumplió un rol activo" durante el hecho y luego "intentó desprenderse de las armas". Su par Dedominichi adhirió, mientras que Castro lo hizo sólo en forma parcial.