El temor de los estadounidenses a un ataque terrorista, tal como se vivió el sábado último en Nueva York, es el motor de "Duro de matar 4.0", la superproducción hollywoodense, de una violencia espectacular, que hoy mismo estrena en todo el país y llega a los cines de Neuquén y Bariloche.
La película que marca el regreso de Bruce Willis al papel de un policía invencible se basa en el terror que se palpa entre los estadounidenses porque se vuelva a repetir un ataque en su país, como ocurrió el 11 de setiembre del 2001 con las Torres Gemelas
En esta cuarta entrega de la serie protagonizada por Willis, la trama propone la existencia de un enemigo interno que elige el 4 de julio día de la independencia estadounidense para atacar al país entero y controlar por computadora la seguridad, las comunicaciones, la economía y las infraestructuras.
Mientras se pone en marcha el apocalipsis cibernético, al policía John McClane encarnación idílica del hombre común que se convierte en superhéroe para salvar a los suyos le encargan buscar a uno de los hackers que, sin saberlo, colaboró con los terroristas, quienes también lo buscan para matarlo y borrar "huellas".
Pero este policía, que arrastra tristezas y penas familiares, protege al pirata informático de sus atacantes. Solo, con una pequeña pistola, vence casi sin rasguños a un pequeño ejército de mercenarios armados hasta los dientes con helicópteros, fusiles y misiles. Se tratan de los primeros 20 minutos y, a partir de ahí, la trama explota en una serie de escenas de acción tan espectaculares como injustificadas.
¿Con qué necesidad un grupo que puede poner en jaque a la nación más poderosa de la tierra se detendría en un insignificante hacker y en un penoso y olvidado policía?, se pregunta el espectador.
En "Duro de matar 4.0" todo es posible para McClane: esquivar balas y salir ileso de un ataque con explosivos y munición gruesa, destruir un helicóptero desde el cual le disparan misiles haciendo "volar" un automóvil, o manejar un camión en las alturas de una autopista bombardeada y, al mismo tiempo, derribar al avión de guerra que lo ataca.
Pero más allá de lo inverosímil que resulta la película algo que seguramente será motivo de fruición y deleite para los amantes del género de acción, lo que se adivina detrás de tantos tiros y muertos es el miedo creciente que sienten los estadounidenses por un nuevo ataque terrorista y que el cine refleja a través de este y otros filmes. (Télam)