Lunes 13 de Agosto de 2007 Edicion impresa pag. 28 > Cultura y Espectaculos
Fito Páez se llama "Rodolfo"
En diez días sale a la venta el nuevo disco del músico rosarino, donde el piano y su voz se mezclan en un CD muy íntimo.

BUENOS AIRES (Télam ).- A piano y voz, dos herramientas que maneja con maestría, Fito Páez lanzará dentro de aproximadamente diez días su nuevo álbum "Rodolfo" donde plasma con austera potencia los asuntos que lo movilizan y que traduce con logrado impacto.

Las cuerdas, las del piano y las de la garganta de Páez, conviven en "Rodolfo" con la intensidad que sólo es capaz de alcanzarse cuando hay cosas por decir, necesidad de narrarlas y talento para condensarlas en una obra.

Largamente reconocido por sus dotes musicales, aquí multiplica su brillo como pianista comprometido con un discurso estético que recorre diversas vertientes rítmicas sin resignar hondura ni filo. El creador rosarino vuelve a ponerse en carne viva y sin necesidad de otros ropajes humanos o instrumentales, entrega un disco íntimo y acústico pero de palpable carácter rockero en donde vuelca acabadamente un ideario signado por el amor.

La persistencia y el poder del amor recorren insistentemente cada una de los 12 piezas y esa constante no hace más que poner en superficie y perpetuar la importancia del amor, un asunto esencial tanto para los artistas como para el resto de los mortales. De la mano de ese temario tan visible y transparente, los seguidores del músico, de 44 años, podrán reconocer segundas partes, re-visitas o subrayados de viejas e inolvidables canciones propias.

Con el disco recién terminado y como aperitivo del lanzamiento formal que no excederá al 22 del corriente, Fito armó una cena informal (con empanadas, tartas y abundante vino tinto) y una escucha de "Rodolfo" en el coqueto estudio El Santito, ubicado en el barrio porteño de Belgrano.

Inquieto y de excelente humor, el también cineasta que hacia setiembre estrenará su segundo filme "De quién es el portaligas", acompañó las dos ceremonias en que los invitados pudieron ingresar a una de las salas donde la consola de sonido disparó las canciones del aún inédito CD. Los temas recién masterizados fueron una novedad también para el músico que no ocultó ni su nerviosismo ni su alegría por haber corporizado un material sensible que compartió con amigos, allegados y un pequeño grupo de periodistas.

La apreciación completa de "Rodolfo" fue un hecho contenido y emotivo que se inició con el intenso "Si es amor" donde empieza lamentando que "la sabiduría llega cuando no nos sirve para nada" pero termina con optimismo porque "nada nos importará si es amor".

En esa misma tendencia se inscriben "Vas conmigo" ("el amor, se entrega y no hace falta recibir") y la hermosa "Zamba del cielo" que cierra el repertorio ("qué suerte que hoy la alegría tiene tu nombre y tu piel").

Las referencias a sus parejas pueden reconocerse en "El cuarto de al lado" ("igual está el amor, no se puede parar. Los hijos en el cuarto de al lado"), en el explícito "Siempre te voy a amar" y en "Mágica hermosura" ("por eso siempre vas a estar en mi alma, libre, abierta y plena de luz, es el que tiempo llega y se pasa y no quiero convertirme en tu cruz").

La marginalidad y la violencia dicen presente en "Sofi fue una nena de papá" y en el extenso "El verdadero amar", mientras que los instrumentales "Nocturno en sol +" y "Waltz for Marguie" resaltan el notable presente interpretativo de Fito.

El recorrido incluye, además, un tributo a Spinetta, Nebbia y García en "Gracias" y un pasaje lírico y sobrecogedor que tituló "Cae la noche en Okinawa".

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