FRANCFORT, Alemania.- ¿Cuándo cesará la tormenta?, se preguntan analistas y expertos mientras la crisis causada por los préstamos hipotecarios de riesgo en Estados Unidos se propagó ya al sector bancario mundial y crece el temor de que pueda repercutir sobre la economía mundial.
Las dificultades del sector hipotecario estadounidense de alto riesgo ("subprime") se propagaron como un reguero de pólvora a otras partes del planeta, azotando primero los bancos de Australia y Europa antes de hundir a los mercados financieros y alarmar a los de divisas y petróleo.
Para paliar una penuria de liquidez, los bancos centrales europeo y estadounidense inyectaron más de 272.000 millones de dólares en el circuito monetario mundial en sólo dos días. La última intervención de ese estilo se remontaba a los días posteriores al a los atentados del 11 de setiembre de 2001 en Estados Unidos. Sin embargo, el gesto del Banco Central Europeo (BCE) de la Reserva Federal estadounidense (FED), seguido del Banco central japonés y de otras instituciones monetarias no ha logrado devolver la calma a las plazas bursátiles.
Así, los bancos centrales podrían tener que inyectar aún más dinero. "No es seguro que su misión haya acabado", afirma Philippe Waechter, economista de la sociedad Natixis. Con este panorama, los expertos esperan que las tensiones sigan siendo fuertes en los mercados monetarios mientras que los bancos, debilitados, dejan de lado su liquidez y no están dispuestos a prestarse dinero entre ellos. Esta desconfianza podría también afectar duramente a los grupos de inversiones de capital, que utilizan enormes préstamos para financiar sus adquisiciones.
La febrilidad también sigue siendo grande en los mercados financieros, que la semana pasada ya se hundieron porque los inversores abandonaron las acciones en beneficio de valores refugio como las obligaciones. (AFP)