CABO CAÑAVERAL, EE. UU- (AFP)- Con la primera maestra en el espacio y sus astronautas defendiéndose de las acusaciones de consumir alcohol antes de volar, la Nasa busca mejorar su imagen mientras continúa con la lenta y compleja construcción de la Estación Espacial Internacional.
Menos de 24 horas después de un exitoso lanzamiento del transbordador Endeavour hacia el laboratorio internacional (ISS, por su sigla en inglés), el administrador de la agencia espacial estadounidense, Michael Griffin, se refirió por primera vez públicamente al escándalo suscitado por un informe sobre el consumo de alcohol por parte de los astronautas.
"Ya investigamos todos los vuelos de los últimos 10 años y no encontramos ni siquiera una posibilidad de que algún miembro de la tripulación haya podido estar en estado de ebriedad antes de un lanzamiento de transbordador o de (la nave rusa) Soyuz", subrayó Griffin en una conferencia de prensa en el Centro Kennedy de la Nasa, cercano a Cabo Cañaveral. Según el diario USA Today, el jefe de seguridad de la Nasa, Bryan O'Connor, todavía debe revisar los archivos de vuelos realizados en 16 años anteriores a esa década, lo que espera terminar antes de fin de mes.
El caso fue sacado a la luz pública a fines de julio por el periódico especializado Aviation Week, que se basó en un informe solicitado por la dirección de la Nasa en febrero sobre la salud psíquica de los astronautas.
Según el informe, el coronel Richard Bachmann, un médico de la Fuerza Aérea estadounidense encargado de presidir la redacción de ese documento, dijo haber sido informado de que al menos en dos ocasiones "astronautas estaban tan borrachos antes de volar que médicos de vuelo y colegas astronautas plantearon objeciones sobre la seguridad de estos vuelos".