VIEDMA (AV).- El Consejo de Educación rionegrino sesionó sólo una vez por mes en los últimos cinco meses y cada reunión acumula más de 200 expedientes. Esa situación institucional se traduce en múltiples resoluciones individuales del presidente y ministro, César Barbeito, frente a "las urgencias" educativas que se generan por la propia inacción del cuerpo colegiado.
El miembro gremial del CPE, Héctor Roncallo, responsabilizó a Barbeito por la falta de sesiones. Entendió que el ministro debería "blanquear su posición y plantear la eliminación del cuerpo colegiado", institucionalizando una cartera de Educación sin las deliberaciones que se permite el Consejo.
Roncallo calificó al hecho de "institucionalmente muy grave", culpando a Barbeito de atentar contra el funcionamiento de las instituciones y de las representaciones de los docentes. "No se advierte claramente que la demora tiene un impacto en las escuelas. Ocurre que hay funcionarios de Educación que no saben lo que es una escuela. La pueden recorrer pero no la viven", advirtió.
Una docena de sesiones se registran en lo que va del 2007. La mayoría se concentran en el primer trimestre, cumpliendo la normativa de reuniones semanales (resolución N° 1.675 de 2005). Pero, desde abril, el CPE sólo sesionó una vez por mes.
El cuerpo colegiado lo integran dos representantes gubernamentales, Daniel Agostino y Amira Nataine, y el vocal gremial, Héctor Roncallo, con la presidencia de Barbeito.
"En las sesiones no participa el ministro y la preside algún vocal gubernamental, permitido por la ley cuando está ausente, pero Barbeito no concurre ni cuando está en Viedma", explicó el representante docente.
La ley 2.444 establece que el "gobierno y la conducción política del sistema educativo estará a cargo del Consejo Provincial de Educación". Sus funciones se corresponden con la "planificación", "la orientación técnico-pedagógica" y "los diseños Curriculares", los "reconocimiento de títulos", "designar, trasladar, remover y ascender al personal", "planificar y ejecutar programas de formación", "determinar las condiciones mínimas de enseñanza y régimen de funcionamiento de los establecimientos privados" y, entre muchas otras, "establecer los sistemas de evaluación".
Obviamente, estas funciones derivan en un cúmulo de trámites que deben esperar un mes para cada sesión del CPE. Cada reunión requiere del tratamiento de 200 a 300 expedientes, pero muchos de ellos directamente son resueltos y firmados por Barbeito o, directamente, por un vocal gubernamental a cargo de la presidencia. Así sucede en nombramientos y otros tramites personales pero también en cuestiones más generales, como el mecanismo del contralor médico o cuestiones pedagógicas.
En este sentido, Roncallo aclaró que el norma permite esas firmas en casos de "urgencias", con su posterior ratificación por parte del cuerpo. "Pero aquí la urgencia está dada porque no se realizan las sesiones del CPE", resaltó el vocal. Apuntó al ministro por su desatención al cuerpo, recordando que designó en marzo a la vocal Nataine en la delegación de Bariloche y todo sigue igual.