Una fuerte nevada en el norte neuquino generó cortes de rutas y suspensión de clases en el norte neuquino. Pero no todas fueron malas: hubo muchos que, cámara de fotos en mano, disfrutaron de la jornada como nunca. Además, el municipio de Chos Malal debió asistir a vecinos con leña y víveres secos. La nieve se hizo presente en todo el norte neuquino en la madrugada de ayer y alcanzó entre los 10 y 25 centímetros según las distintas localidades.

En Chos Malal comenzó a nevar en las primeras horas de la madrugada y se extendió hasta las primeras horas de la tarde, lo suficiente como para dificultar el tránsito vehicular en algunas arterias. La Junta Municipal de Defensa Civil decidió suspender las clases en todos los establecimientos educativos de esta ciudad en los turnos mañana, tarde y noche, lo cual se extenderá incluso hasta hoy en horas de la mañana. Lo mismo ocurrió en Andacollo. Asimismo se recomendaba restringir el uso de vehículos y en caso de trasladarse a otras localidades hacer uso de cadenas. No se registraron inconvenientes con el servicio eléctrico y tampoco con el abastecimiento de agua potable que, según informaron desde la Junta Municipal de Defensa Civil, funcionaron con normalidad.

Operarios del EPEN debieron realizar podas en algunos sectores donde el follaje de los árboles ponía en riesgo el tendido eléctrico. Si bien en esta ciudad salió el sol en horas de la tarde y la nieve se lavó un poco, generando trastornos principalmente en las calles de tierra donde existía mucho barro, estaban previstas para anoche y la jornada de hoy temperaturas de hasta 12 grados bajo cero.

Un rato de diversión

En Rincón, por su parte, una intensa nevada caída en la ciudad y áreas hidrocarburíferas logró acumular hasta treinta centímetros de nieve sobre la ruta del petróleo.

Pero el mal estado de las calles, por la gran cantidad de nieve acumulada, no bastó para opacar los juegos que improvisaron cientos de rinconenses, a merced del temporal.

La competencia del armado de muñecos y las producciones fotográficas, tanto caseras como profesionales con quinceañeras, no faltaron en la blanca nevada.

Los olvidados espacios verdes se transformaron en el atractivo para grandes y chicos, aprovechando, además, que muchos operarios petroleros no lograron llegar a los yacimientos y volvieron a sus hogares a disfrutar con la familia.

Fue una jornada atípica ya que desde hacía varios años no se registraba una nevada tan intensa en esta zona.

Pero la diversión sólo duró hasta que el sol le ganó al mal tiempo y en horas de la tarde, el barro en las maltrechas calles mostró los resultados del agua acumulada. (ARS-ACHM)