Jueves 09 de Agosto de 2007 > Nacionales
Diputados le dio media sanción a la creación de la policía propia
La Cámara baja giró al Senado iniciativa que modifica la llamada ley Cafiero. El proyecto busca la habilitación para que la Ciudad de Buenos Aires pueda tener su propia fuerza de seguridad. 

BUENOS AIRES.- La Cámara de Diputados aprobó, esta madrugada, y giró al Senado el proyecto de modificación de la llamada ley Cafiero, por el cual se habilita a la Ciudad de Buenos Aires a tener su propia fuerza de seguridad, aunque sin el traspaso de los fondos que en su momento requería el macrismo y parte de la oposición.

El proyecto, aprobado por 146 votos a favor y 12 votos en contra (nueve del ARI y tres socialistas), salió tal cual quería el gobierno nacional, remiso a darle el gusto al electo jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, respecto a la autonomía porteña.

La iniciativa contó con el aval del bloque macrista, que en los hechos dejó de lado el proyecto consensuado con otros legisladores opositores como Delia Bisutti y Adrián Pérez (ARI), Silvana Giudici (UCR) y Claudio Lozano (Emancipación y Justicia), lo cual despertó críticas de algunos de estos diputados mencionados durante el debate en el recinto.

Este cambio de posición provocó además malestar en las filas del PRO, como en los diputados Eugenio Burzaco (probable ministro de Seguridad porteño), quien aspiraba a mantener al menos el proyecto de consensuado con la oposición, y Cristian Ritondo, según confiaron a a la agencia de noticias DyN fuentes macristas.

Las mismas fuentes comentaron, además, que existió un llamado de Macri para aplacar los ánimos de ambos legisladores y hacer que acaten la decisión adoptada por el bloque. Los hombres de Macri ya habían bajado sus pretensiones, en el transcurso de los últimos días, de conseguir el traspaso de las superintendencias de Seguridad Metropolitana (las 52 comisarías porteñas) y la de Bomberos de la Federal, más los recursos correspondientes del Presupuesto Nacional, para avanzar en el consenso de la oposición, que luego ni siquiera mantuvieron.

Los más acuerdistas, como el titular del interbloque Propuesta Federal, Federico Pinedo, dijeron que conseguir la transferencia de la competencia "ya es un avance que nunca se había conseguido".

El proyecto aprobado deroga el artículo 7 de la llamada ley Cafiero (24.588), que impide a la Ciudad tener su propia fuerza de seguridad, por otro texto en el cual habilita al gobierno porteño a ejercer "las funciones y facultades de seguridad en todas las materias no federales".

Por otra parte, deja en manos del Gobierno Nacional, mientras la Ciudad de Buenos sea Capital de la República, las "funciones y facultades en materia de seguridad con la extensión necesaria para asegurar la efectiva vigencia de las normas federales".

Además, tiene una "cláusula transitoria única" que dispone que, "definidas por el Gobierno Nacional las estructuras necesarias para garantizar sus competencias federales, celebrará con la Ciudad de Buenos Aires los convenios necesarios" y concretar lo establecido en la ley sobre la seguridad metropolitana.

El presidente de la Comisión de Asuntos Municipales, el kirchnerista cordobés Eduardo Accastello, se encargo de defender la iniciativa y afirmó que con ella se viene a zanjar "un debate que se ha demorado en los últimos trece años" y que se busca "darle más autonomía al Gobierno de la ciudad de Buenos Aires".

No obstante, argumentó en contra de la transferencia de recursos, al señalar: "Si la provincia de Córdoba y la provincia de Santa Fe deben sufragar su propio gasto de seguridad, por qué no habría de hacerlo la Ciudad de Buenos Aires", y recordó que la capital cuenta "con el tercer presupuesto después de los de la Nación y de la provincia de Buenos Aires".

Lozano denunció el "mal trato que tuvo este debate" por parte del oficialismo, al que acusó de llevar a la comisión un proyecto distinto al que se iba a debatir e insistir en llevarlo hoy mismo al recinto, y manifestó "sorpresa" por la actitud de sus "colegas del PRO" que en otras ocasiones "hicieron culto" de las formas institucionales, pero que en este caso no tuvieron ningún problema y terminaron validando la propuesta oficial.

 

Fuente: (DyN).

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