| | | | | | Click para ampliar | | En Liniers los fieles soportaron bajísimas temperaturas con tal de cumplir su promesa. | | | La devoción a San Cayetano no mermó con las bajas temperaturas en el santuario porteño de Liniers, donde la fe alimentó los recursos de los fieles para sobrellevar el frío y una espera de tres a más de nueve horas en la fila para llegar hasta la imagen del santo. También hubo devotos que hicieron una vigilia de meses en carpa o a la intemperie, con el objetivo de ser los primeros en ingresar al templo para pedir pan y trabajo o agradecer haberlo recibido. En la fila, los promesantes buscaron recursos para soportar temperaturas que, por momentos, no superaron los 2 grados. Se cubrían con frazadas, se arrimaban a un improvisado caldero o aceptaban la tasa de sopa o mate cocido que servían los scouts y voluntarios. Cada uno tenía una historia sobre la razón que los llevaba a movilizarse por San Cayetano, inclusive haciendo sacrificios que sólo la fe puede explicar o entender. "Estoy feliz porque San Cayetanito mueve montañas. Hace 34 años que vengo y nunca me falla. Siempre le pido por trabajo y esperanza", explicó a DyN Edith Cardenas, de 68 años, quien necesitó más de 4 horas para llegar a la imagen del santo. Octavio Madurga, de 39 años, dijo tener "sobrados motivos" para pedirle pan y trabajo a San Cayetano. "Hace un cuatro años que no tengo un trabajo fijo, busco pero no encuentro. No se qué más hacer, a dónde ir, tengo tres pibes y si no fuera por mi mujer que limpia casas no tendríamos nada para comer", sostuvo. (DyN) | |