El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, advirtió ayer que las personas pierden su dignidad y son "trasformadas en esclavos o en clientes", cuando la distribución de la riqueza se fundamenta en "la dádiva o los privilegios" y no en el trabajo.
Así se pronunció en su homilía ante miles de fieles en el día de San Cayetano (ver pág. 26). "Cuando una sociedad basa el reparto de los bienes, no en el trabajo sino en la dádiva o en los privilegios, pierde el sentido de dignidad y rápidamente se vuelve injusta la distribución de los bienes, y las personas en vez de ser dignas son transformadas en esclavos o clientes", subrayó el purpurado porteño en la misa central por la festividad del patrono del trabajo.
Ante una multitud de fieles que participó de la celebración en el santuario porteño de Liniers, el primado de la Argentina alertó sobre quienes "viven para el conflicto" y reclamó "unidad y paz, para superar las situaciones tensas y problemáticas".
Bergoglio fundamentó su reflexión en el sentido "absoluto" de la palabra dignidad, y exhortó a cultivarla, porque "cuando un pueblo vende su dignidad, o la negocia, o permite que sea menoscabada, todo lo demás pierde consistencia, deja de tener valor".
Tras recordar que la dignidad se apoya sobre un trípode conformado por familia, paz y trabajo, remarcó que "el trabajo es lo que nos permite realizarnos como personas y ganarnos la vida, mantenernos dignamente y mantener a nuestra familia".
Al finalizar la misa, Bergoglio recorrió la fila de devotos, de casi 20 cuadras, que esperan llegar hasta el templo. (DyN)