RIO COLORADO (ARC y AR).- Con bronca e indignación. Así se manifestó buena parte de esta comunidad tras conocer que un pastor de una iglesia evangélica de Villa Mitre que reconoció haber mantenido relaciones sexuales con una menor de 14 años, aunque dijo ante la justicia que eran consentidas, está en libertad.
En tanto, ayer se conocieron más datos sobre la situación procesal de Raúl Jacobo Betancourt Ortiz. La condena de la Cámara Tercera del Crimen fue a tres años de cumplimiento efectivo, aunque como lo establece el Código Penal, a los ocho meses siempre y cuando no tenga antecedentes puede recuperar su libertad, lo que finalmente sucedió. Los camaristas confirmaron también que los padres de la chica se mostraron de acuerdo con la pena, y que firmaron en conformidad, a pesar de no ser parte del debate, ya que en los juicios en los que hay menores, no se puede presentar a parte afectada como querellante.
Sin embargo, la madre de la víctima, en diálogo con "Río Negro", señaló que no está de acuerdo con esta medida, "pero lo más importante es que nosotros exigimos que no se quede en Río Colorado ni en Bahía Blanca, que es donde vive mi hija ahora. Que se vaya a Chile. Que no nos haga más daño, que no se nos acerque nunca más."
La menor tiene actualmente 17 años y hasta hace muy poco estuvo bajo tratamiento psicológico a causa del trauma ocasionado por el accionar de Betancourt Ortiz.
Vale recordar que en el año 2003, el imputado de 53 años, de oficio zapatero y además pastor de una iglesia, accedió carnalmente al menos en dos oportunidades a una niña que asistía al templo para tomar clases bíblicas.
Tras la correspondiente denuncia, Betancourt Ortiz fue detenido. Cuando todo hacía presumir que todo el peso de la ley caería sobre este sujeto, la comunidad de Río Colorado vuelve a indignarse porque considera injusta la pena que le permite quedar en libertad.
Ayer en la radio FM de la Comarca, el tema ocupó buena parte de la mañana informativa y la gente se manifestó vía telefónica y a través de los mensajes de texto, en los cuales exteriorizaba la bronca por este tipo de decisión judicial.
Si bien algunas personas opinaron que se trata de un fallo judicial y hay que respetarlo, la abrumadora mayoría rechazó el desenlace de este juicio abreviado.
Con referencia al debate, la madre de la menor señaló "me dijeron en Roca que si nosotros queríamos que siguiera preso, tendríamos que someternos nuevamente a las declaraciones que nos tomaría el juez. Y nosotros queremos que esto termine, tratamos de dejar atrás el tema porque le hace daño a la nena y nos hace daño a todos. La nena no quiere recordar lo que pasó y por eso estuvimos de acuerdo en ponerle un punto final. Lo que sí aclaramos es que no queríamos que viva en Río Colorado, ni en Bahía Blanca. Que se vaya a Chile."
La mujer, su hija y el resto de la familia mantiene la entereza a pesar del mal trago que tuvieron que pasar tres años atrás y que revivían cada vez que tenían que declarar ante el juez. "Durante el juicio abreviado no lo vimos, pero lo pude ver cuando subía las escaleras. Tuve ganas de agarrarlo del cuello por lo que hizo", señaló.
La mujer recordó que antes de descubrirse lo que hacía en la iglesia, el pastor se había convertido en un amigo de la familia que frecuentaba su casa asiduamente.