VIEDMA (AV)- Las dos propuestas de subsidios no reintegrables para pequeños productores ovinos y comparsas de esquila fueron aprobadas en el marco de la Ley Ovina de Río Negro que están vigentes, pero que quedaron relegadas por el protagonismo de la sequía y los graves daños provocados aún sin calcular.
Para los pequeños productores ovinos que significan el 80% del total en la provincia se dispuso un subsidio no reintegrable de $5.000 para infraestructura de los campos. El otro aporte, de igual suma, está destinado a las empresas de servicios de esquilas para actualizar la tecnología.
El subsidio para los pequeños productores de hasta 500 ovejas está dirigido al mejoramiento de alambrados, aguadas y mallines, mientras que el destinado a las comparsas para avanzar en la maquinaria que se utilizan. En la mayoría de los casos serán destinados a la adquisición de equipos electrógenos para trasformar las máquinas esquiladoras a explosión en eléctricas.
El primero de los métodos que es el que se utiliza, en general, produce un ruido ensordecedor y emana gran cantidad de humo. La trasformación posibilitará mejorar la calidad laboral.
En relación a la infraestructura de los campos técnicos ya trabajan sobre el tema junto con los productores para determinar las mejoras que necesitan.
Pero estos aportes han quedado relegados de la atención frente al grave daño provocado por la sequía que está generando una importante mortandad de animales y hoy los productores reclaman una solución a este problema que los dejará sumidos en la pobreza, sobre todo a los de pequeños rebaños.
Casi 13 millones
En estos últimos 4 años fueron distribuidos entre productores ovinos casi $13.000.000 a través de la Ley Ovina. Esto permite realizar un balance positivo del programa que llegó con créditos a 600 productores.
Este oxígeno acompañó años buenos para la producción ovina que de 1.600.000 que se registraban hasta el año pasado se pasó a superar los dos millones de cabezas. A través de estos créditos el productor incorporó más animales alentados por las bonanzas del clima y el valor ascendente en el mercado de la lana.
En los dos primeros años los aportes fueron dirigidos en un 80% a la compra de ovinos y luego la inversión fue al mejoramiento de aguadas, por ejemplo.
Si se tiene en cuenta que en la Línea Sur son unos 3.000 los productores ovinos y que sólo 600 accedieron a los créditos aparece como una escasa cobertura. Pero sucede que en esta zona los pequeños productores son la gran mayoría, entendiéndose como tal rebaños de menos de mil ovejas.