La tercera incursión en el certamen español de velocidad (CEV) resultó una gran frustración para el campeón argentino Marco Solorza. El equipo Yamaha Factory estuvo lejos de respetar el contrato. Nunca apareció la moto 0 kilómetro y el cincosaltense pegó la vuelta sin siquiera disputar ni una de las cuatro pruebas que tenía arreglada.
"Nuestro sueño de participar en el CEV duró lo que tardé en dar una vuelta al circuito de Valencia", comentó Marco.
Su papá Miguel señaló que "en el contrato figuraba una Yamaha nueva. Cuando llegamos al circuito nos dimos cuenta que la moto era usada y sin los elementos prometidos. Marco hizo una tanda de ensayos y verlo andar colgado, al límite del golpe, me obligó a tomar la decisión de no participar".
"Vamos a volver antes de fin de año, pero será un emprendimiento propio. Armaremos nuestro propio equipo, aunque tengamos que pagar el derecho de piso", comentó Marco.
"¿Por qué insistimos con el CEV? Es lo mejor que hay después del Mundial", aseguró Marco.
La intención de los Solorza es viajar antes del cierre del CEV para poder afrontar al menos las dos últimas pruebas.