En la lista de jugadores que Boca presentó para la temporada recién iniciada hay tres números sin dueño entre los primeros once: el 7, el 10 y el 11. Toda una señal de que la puerta para lleguen refuerzos es gigante.

El 7, que durante diez años le perteneció a Guillermo Barros Schelotto, quedó para el delantero por afuera que Miguel Angel Russo le pidió a los dirigentes.

La mira está apuntada al chileno Alexis Sánchez. Está en el Udinese de Italia y también lo pretende River. El "xeneize" estudia la posibilidad de adquirir una parte del pase, en tanto que el "Millo" lo quiere a préstamo.

Del 10 ni hace falta mencionar el apellido al cual se apunta. Todavía tendrán que pasar unos cuantos días porque el Villarreal, dueño del pase de Juan Román Riquelme, aguardará hasta último momento por si apareciera una oferta seductora de un grande europeo, que satisfaga sus aspiraciones y las del futbolista. Boca está agazapado y los caminos apuntan al retorno.

En cuanto al 11, muy diluido lo de Marcelo Carrusca (Galatasaray), por las pretensiones del jugador, y sin mayor consenso lo de Juan Carlos Menseguez (Wolfsburgo), hay dirigentes de Boca que volvieron a ilusionarse con el nombre que sonó fuerte en el verano: Leandro Gracián.

El ex Vélez sigue en México pero ahora las condiciones son diferentes porque su rendimiento en el Monterrey durante el semestre anterior no fue el mejor y el propio futbolista sigue ansiando volver a la Argentina, algo que ahora los dirigentes aztecas no descartan.