| NEUQUEN (AN).- La mujer, cuarentona ella, arrugó la frente y con apenas un hilo de voz clamó por la atención de la 'Torre' que tenía delante. "¡Martín, por favor, firmame esta camiseta. Después que te vayas no te voy a ver más!". El delantero espigado, de claritos y ropa 'canchera', se detuvo ante el ruego, tomó la prenda, algo dañada por el tiempo, y le estampó un "con cariño, Palermo". Este tipo de manifestaciones se repitieron, multiplicándose por miles. "Martín gracias por tantas copas", gritó un cartero que parecía andar de paso. "Rodrigo, sos hermoso", elogió con dulzura una jovencita trepada en la espalda de un pibe de su edad. La sensación fue esa: pasará mucho tiempo para volver a verlos. Por eso, algunos hasta se colgaron de la trafic para detener una despedida inevitable. | |