Julia está encantada. Los primeros juguetes que usó, hace varios años, tenían control remoto, cables y eran incómodos. Ahora, disfruta el diseño y las nuevas texturas.

A los 50 y pico, con un par de hijos ya adultos y una nueva pareja, los incorporó a su vida sexual como un elemento lúdico infaltable.

"Los empecé a usar hace bastante tiempo y ahora los disfruto siempre con mi pareja...creemos que esto de masturbarse con alguien es divertirse de a dos...No sólo es placentero para uno, lo es para ambos. Está bueno jugar, permitirse ciertas fantasías...y ahora es muy habitual en las parejas...una relación sexual que podía durar una hora, con estos juguetes puede extenderse a dos o tres horas, seguro. Además está comprobado que es un camino de ida: todas las que han probado alguna vez uno de estos juguetes, siempre siguieron comprando más...es así", asegura.