ROCA (AR).- Atrás quedó la importancia de la historia y los pioneros, los próceres y todos aquellos que cumplieron un papel importante en el pasado local. Al menos algo de eso es lo que parece y se refleja en los paseos públicos, plazoletas y plazas céntricas de Roca que hoy sólo muestran un verdadero "show" de caras desconocidas, en vez de monumentos completos que se precien de tales. Sobre todo para los más chicos, ya que la falta de inscripciones torna a estos personajes históricos en irreconocibles.
Rostros duros y de gesto adusto, ubicados sobre pilares de cemento, sin ningún tipo de identificación o referencia, bustos maltratados, monumentos que existieron alguna vez pero hoy directamente no existen o, en su lugar, pedazos de viejas obras.
Sólo en el paseo de El Canalito de esta ciudad y en la céntrica plaza San Martín las muestras sobran. Las placas que hagan referencia a los evocados por aquellos antiguos monumentos hoy lamentablemente brillan por su ausencia.
Así, no es raro encontrar bustos con nombres desconocidos, caras maltratadas rayadas, golpeadas, escritas, cuando no deterioradas, y hasta estatuas que han sido robadas.
Los olvidados
Uno de los ejemplos más palpables que grafica un simple "recorrido histórico" es el monumento erigido en El Canalito, sobre Isidro Lobo, frente a la escuela primaria 32, frecuentemente visitado por chicos que juegan en el espacio y hasta lo utilizan a modo de tobogán. La mayoría desconoce quién es el personaje ilustre ya que ninguna inscripción habla sobre él: es nada más y nada menos que Lorenzo Vintter, el fundador de General Roca y, según relata la historia, primer gobernador de la Patagonia y último del antiguo Territorio Nacional de Río Negro.
Separado por apenas unas cuadras, también se puede ver otro monumento, ubicado en Yrigoyen casi Neuquén, sin ningún tipo de identificación y con la nariz deformada, pero no precisamente a causa del tiempo. Es una estatua del padre Don Bosco que fue erigida precisamente en su honor por la obra desplegada en esta región.
También el legendario general San Martín no estuvo exento de las acciones de los vándalos y ladrones de las placas de bronce y esto motivó que las autoridades, el año pasado, colocaran una nueva placa, esta vez de madera para evitar "tentaciones".
En una rápida recorrida por los espacios públicos tampoco pueden pasarse por alto algunas curiosidades: una de ellas, más conocida tal vez, es el robo de una estatua que dejó su antigua base más solitaria y desnuda que nunca y que dio pie a que algún ingenioso explique tal vacío: "monumento al político honesto", puede leerse una leyenda escrita con pintura de aerosol.
Otro de los datos curiosos se da en el paseo de El Canalito: se trata del aniversario número 22 que cumplió la falta de monumento que rinda un merecido tributo y homenaje a los jubilados. La base de la futura obra, instalada a escasos metros de la calle España, permanece intacta pero esperando aún aquello que promete una prolija placa: "Aquí se construirá el monumento al jubilado. 20 de setiembre de 1985".