ENRIQUE CAMINO

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La campaña electoral está en los albores, y aún las formalidades legales no terminan de acomodar a las agrupaciones políticas. Incluso al propio oficialismo que encabeza la Unión Cívica Radical, y que apuntala la reelección del intendente Jorge Ferreira.

El Tribunal Electoral provincial escribió una página más de la historia, de cara a las elecciones comunales del 2 de setiembre. Dejó sin chances a una agrupación que pretendía -en una boleta aparte- sumarle votos al actual jefe de gobierno.

Hizo lugar a una apelación interpuesta por los apoderados del ARI revocando la habilitación resuelta por la Junta Electoral municipal para la oficialización de candidatos de Victoria Popular, un desprendimiento del Partido de la Victoria, y ligado en la actualidad al reelecto legislador provincial Osvaldo Muena.

Los jueces Gustavo Azpeitía, María del Carmen Vivas de Vázquez y Ricardo Rodríguez Aguirrezabala tacharon de incorrecta la validación partidaria que había efectuado la junta capitalina sobre el proceso interno de la agrupación.

A su vez, los magistrados se expidieron en forma negativa respecto de una presentación efectuada por el socialismo en cuanto a la simultaneidad de la doble candidatura de Ferreira. Interpretaron que con la resolución en favor del ARI desapareció la principal objeción: llevar en dos boletas al intendente.

Los referentes de Victoria Popular iniciaron el análisis de recurrir a una nueva instancia como lo es el Superior Tribunal de Justicia. Sin embargo, desde el radicalismo se decidió seguir adelante con los tiempos electorales en base a dos lecturas: se lanza de lleno la campaña y además se debe concretar en el término de cuatro semanas la difusión pública de la propuesta política. Paralelamente se sabe que existe un antecedente judicial en la ciudad. Cuando el peronista Pedro Pesatti fue candidato a intendente en 2003 llevó en boleta separada al Partido Provincial Rionegrino. Entonces no hubo piedras en el trayecto, desde la justicia.

Por el lado del Frente para la Victoria se mantuvo un perfil bajo en la ciudad dentro de una etapa organizativa -a nivel provincial- del justicialismo. Lo que ocurre es que casi simultáneamente con la campaña electoral local deberá concretarse la interna territorial para consagrar el 19 de agosto al candidato a diputado nacional. En los sectores ligados a la postulante a la intendencia, Nilda Nervi de Belloso, se intentó mostrar a ésta como despegada de las fricciones que pueda generar el proceso provincial.

Así como se insistió en señalar en que no existe dispersión de energías y que todas las fracciones tienen en claro la confluencia de esfuerzos en torno de su figura, también han dejado trascender que está caminando las calles de Viedma con los bolsillos vacíos. La orfandad es tal que no hay fondos ni para afiches.

Un nuevo exponente dejó la realidad: inscribir en la agenda de campaña, según la oposición -Frente para la Victoria y ARI- la necesidad de atender desde el municipio los problemas de inseguridad.

La búsqueda de soluciones no sólo tiñó a los que quieren llegar al sillón de Ferreira, tanto Nervi como Ariel Gallinger (ARI). También se apropió de los comerciantes. Y un síntoma de la situación que se vive en la ciudad es que la Cámara de Comercio, Industria y Producción, saludó efusivamente la reincorporación del comisario Francisco O' Toole a las filas de la rionegrina.

El jefe policial -como titular de la Regional I- había sido "congelado" por el ministro de Gobierno, Iván Lazzeri, como consecuencia de sus críticas hacia la Ley de Seguridad mucho antes de su momento culminante en la institución. Desde cada lugar que ocupó fue ganando prestigio al convertirse en interlocutor válido en cada reclamo público de la comunidad, y en la resolución de conflictos en forma consensuada.