SAN PABLO (Télam).- Las primeras medidas dispuestas por el presidente Luiz Inácio Lula Da Silva para paliar la crisis aérea en Brasil comenzaron a aplicarse ayer con la reducción de los vuelos en el aeropuerto de Congonhas.

Mientras tanto, se espera que surjan más disposiciones de las reuniones mantenidas en la jornada por el mandatario y su gabinete. La disminución del tráfico aéreo en Congonhas, anunciada por Lula tres días después de que en ese aeropuerto murieran 199 personas al estrellarse un Airbus de TAM, comenzó con el desvío de 52 vuelos de esta compañía y de Gol hacia la terminal interna

cional de Guarulhos, también en San Pablo, informó la Agencia Brasil.

A partir de hoy las aerolíneas están autorizadas a vender pasajes en Congonhas. La medida fue interpretada como un intento de la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) de descongestionar esa terminal y poner fin a la crítica situación que durante cinco días sumergió en el caos a los principales aeropuertos brasileños por la falla de un radar.

Por determinación de la Anac, las empresas tienen un plazo de dos meses para sacar de Congonhas todos los vuelos de rutas superiores a dos horas.

Especialistas alertaron que la transferencia de los vuelos de Congonhas a Guarulhos complicará la situación en esta última terminal, que opera al límite de su capacidad . Advirtieron además que su pista principal está gastada, lo que fue admitido por Infraero, la empresa estatal que administra los aeropuertos. Lula se reunió con el flamante ministro de Defensa, Nelson Jobim, para evaluar de nuevas medidas para contener la crisis en el sector, que lleva 10 meses y costó dos tragedias.