El triunfo de Andrés Romero en el Abierto de Hamburgo, al que se le suma el US Open obtenido por Angel Cabrera, hace vivir al golf argentino un momento soñado desde hace mucho tiempo. Hoy tiene dos jugadores entre los mejores 30 del mundo.

Además de los apuntados, en la temporada ya festejaron Ariel Cañete en Sudáfrica y Daniel Vancsik en Portugal.

El "Pigú" Romero lidera una generación de jugadores que comenzaron a codearse con los grandes, como en su momento lo hicieron Eduardo Romero o Vicente Fernández, y que más cerca en el tiempo siguieron José Cóceres y el propio Cabrera.

El golf no es uno de los llamados "deportes populares" en Argentina, donde el fútbol, el tenis, automovilismo o el boxeo están entre los preferidos.

Sin embargo, con los logros de algunos de los jugadores en el circuito europeo o norteamericano, el deporte de los birdie, águila, putter o boogie, gana adeptos.

Así como en algún momento se habló de la "legión" para hacer referencia a los tenistas argentinos, hoy bastante lejos de esas épocas doradas, ahora el golf ocupa las portadas de los diarios ante cada nuevo logro.

Romero tiene 26 años y es un jugador con un futuro enorme, por calidad de juego y sangre fría en los momentos decisivos.

"Millonario en una semana", dice el comentario del diario alemán "Hamburger Abendblatt", que resaltó los 427.892 euros (586.000 dólares) obtenidos por el tercer lugar en el Abierto Británico y los 600.000 (822.000) ganados en Alemania.

"No sé que voy a hacer con tanto dinero. Pero no se preocupen. Ya se me ocurrirá algo", dijo Romero con una sonrisa.

Pese a sus deseos de volver a Tucumán y "organizar una gran parrillada con la familia y amigos", el triunfo le cambió la agenda porque no podrá descansar y jugará desde el jueves el Bridgestone Invitational, en Ohio (8.000.000 de dólares en premios).

El camino que hace más de 50 años inició Roberto De Vicenzo dejó una huella muy fuerte, que hoy otros golfistas argentinos quieren continuar. (DPA/AN)