JERUSALEN (AFP) - Estados Unidos aumentará a más de 30.000 millones de dólares en diez años su ayuda militar a Israel, mientras la administración de George W. Bush ultima importantes contratos con los países árabes del Golfo para contrarrestar la influencia de Irán.
"Durante mi última reunión con el presidente estadounidense (el 19 de junio en Washington) acordamos que la ayuda (estadounidense) ascienda a 30.000 millones de dólares (2.250 millones de euros) en los próximos diez años" afirmó el primer ministro israelí, Ehud Olmert, antes del consejo de ministros en Jerusalén. Olmert precisó que a partir del 2008 recibirán 3.000 millones de dólares cada año, lo que representa un incremento del 25%.
Este anuncio tiene lugar en el momento en el que la Casa Blanca se dispone a anunciar contratos con Arabia Saudita así como con Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar, Bahrein y Omán por un montante total de al menos 20.000 millones de dólares (15.000 millones de euros), según la prensa estadounidense.
La administración Bush pretende así hacer frente en la región a la influyente República Islámica de Irán, a la que acusa de querer dotarse de la bomba atómica.
Los secretarios de Estado y de Defensa estadounidenses, Condoleezza Rice y Robert Gates, inician hoy una gira por Oriente Medio que les llevará a los países del Golfo. Israel expresó hace unos meses sus reservar a que se dotase a esos Estados de armamento guiado de precisión, aunque este domingo, Olmert dijo "comprender el deseo estadounidense de ayudar a los países moderados que forman parte del frente junto a Israel y Estados Unidos en la lucha contra Irán".
Según The New York Times, el Pentágono pidió a Arabia Saudita que acepte restricciones sobre el tipo de armas que comprará y su ubicación. Alejándose significativamente de la política israelí del pasado, el primer ministro Ehud Olmert no presentó objeciones al nuevo plan de Estados Unidos de vender armas ultramodernas a Arabia Saudita y otros estados árabes moderados, y manifestó que Irán era el enemigo común. "Entendemos la necesidad de Estados Unidos de respaldar a los estados árabes moderados y existe la necesidad de un frente unido".