TOKIO (AFP) - La coalición conservadora gubernamental japonesa sufrió una estrepitosa derrota en las elecciones al Senado, en las que perdió la mayoría que ostentaba, pero el primer ministro, Shinzo Abe, quiere permanecer en el poder.
Los comicios podrían provocar un bloqueo político en la segunda economía mundial, ya que el control de la cámara alta pasa ahora a la oposición de centroizquierda. Desde 1955, el Partido Liberal Demócrata (PLD) domina la vida política nipona.
De acuerdo con las proyecciones de los medios, el PLD y el partido de inspiración budista Nuevo Komeito pasaron de 76 a 44 escaños, con cuatro escaños aún por adjudicar. El PLD y su socio necesitaban 64 escaños para mantener su mayoría.
El Partido Demócrata de Japón (PDL), la principal fuerza de la oposición, progresó espectacularmente con la obtención de al menos unos 60 escaños frente a sus 32 actuales, según esos primeros resultados. Los japoneses estaban convocados para elegir 121 escaños, es decir, la mitad del Senado .
A pesar de esto, la distribución del poder en Japón no queda del todo modificada por ahora, porque el PLD continúa disponiendo de una cómoda mayoría en la Cámara Baja, incluso sin contar con su socio de coalición.
En sus declaraciones, Shinzo Abe dijo que tiene la intención de permanecer en el poder. "Prometí que continuaría con las reformas para construir una nueva nación. Tengo la responsabilidad de mantener esa promesa", afirmó Abe con semblante pálido. "Pero también hay muchas críticas sobre cómo manejó los asuntos el partido, así que tenemos que aceptarlo humildemente", añadió.
Cuando Abe, con 52 años, tomó en septiembre el relevo de su popular antecesor, Junichiro Koizumi, cosechó tempranos elogios por el saneamiento de las relaciones con China y Corea del Sur, recargadas durante el mandato de Koizumi. Sin embargo, una serie de escándalos que involucraron a miembros de su gabinete, de los cuales dos se vieron obligados a renunciar y un tercero se quitó la vida, comenzaron a plantear dudas sobre las dotes guber
namentales del primer ministro. Se le reprochó, entre otras cosas, haber nombrado a varios integrantes de su gobierno, más que por su idoneidad, por "amiguismo" partidista o por agradecimiento a los que lo habían encumbrado.
Pero a esto se sumó, para ira de los ciudadanos, otro escándalo destapado recientemente sobre desvíos de fondos de pensión: las jubilaciones de cerca de 50 millones de asegurados no pudieron ser constatadas. Según los observadores, tanto Abe como su PLD pagaron ayer la cuenta de esos escándalos.
El ex presidente peruano, Alberto Fujimori, con apenas 6.000 votos, fracasó por su parte en su intento de convertirse en senado por el ultraminoritario Nuevo Partido del Pueblo (NPP).