SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El crudo invierno que tanto padece la población menos favorecida se cobró una nueva víctima, aunque en este caso no fue el frío el causante, sino el fuego, que quemó las piernas de un conocido changarín mientras dormía, y se las tuvieron que amputar.

La víctima es Horacio Monge, de 47 años, un changarín a quien todos conocen como "Zorzal", que solía pasar sus días en la céntrica esquina de Quaglia y Moreno junto a otros individuos de su misma condición.

Monge es uno de los que inauguró el "Hogar Rogelio", que administra el Ejército de Salvación y atiende la problemática de los desamparados, pero en ocasiones tomaba mucho alcohol y le era imposible recorrer las 40 cuadras que separan ese refugio de la zona céntrica.

En el proyecto original de creación del Hogar estaba previsto que la ambulancia de la Cruz Roja recorriera cada noche las "ranchadas" o refugios donde se cobijan para ponerlos a resguardo, pero esa institución no cumplió con su parte, y la municipalidad, que provee mucho menos de lo necesario, nunca cubrió ese papel fundamental de socorro.

"Hacía 20 días que no tomaba, pero ese día bajé al centro y me quedé tomando vino y durmiendo con el "Lechón" atrás de La Anónima", explicó "Zorzal", quien no sabe cómo pudo quemarse las piernas sin despertarse.

"Me quedé dormido cerca del fuego que habíamos hecho con maderas y plásticos", comentó, y sospecha que el plástico derretido pudo haberse escurrido hasta tomar contacto con sus piernas, que le fueron amputadas por encima de las rodillas.

El "Zorzal" fue el principal testigo de cargo contra una mujer que habría degollado a otro changarín que dormitaba a su lado, en el jardín ubicado a espaldas del Centro Cívico. Aunque nunca reconoció su responsabilidad, la mujer fue condenada a cadena perpetua por el crimen del changarín Fabio Almendra, a quien habría matado en venganza por la muerte de su hermano. El "Zorzal" declaró estando ebrio, pero convenció a los jueces de que "los borrachos y los chicos siempre dicen la verdad".

El accidente sufrido por el "Zorzal" Monge ocurrió en forma contemporánea con la muerte de otro changarín, José Muñoz, de 61 años, que se convirtió en la cuarta víctima fatal de la temporada hace dos semanas.

Muñoz se refugiaba desde en una construcción abandonada o un baldío de la zona céntrica, y no resistió las bajísimas temperaturas de más de 15 grados bajo cero que se registraron esos días. Encontró la muerte en un baldío de la céntrica calle España, donde solía dormir abrigado con una manta y al calor de una fogata. Después de varios años sin decesos por hipotermia, la de Muñoz fue la cuarta muerte que se produjo por causa del frío. A comienzos de mayo murieron José Monzón y Ramón Vargas, y pocos días antes otro changarín conocido como "Quinchao".

El último 9 de abril, en un baldío situado en Neuquén y Don Bosco apareció muerto otro indigente, pero en ese caso se estableció que lo había asesinado un menor, arrojándole piedras al rostro y la cabeza.